Víctima de la explotación laboral por su resistencia en duras jornadas en el campo, la comunidad indígena triqui, colonizada en la costa de Hermosillo, sobrevive a serios rezagos en salud, educación y vivienda. En la comunidad, priva la promiscuidad, el analfabetismo, la drogadicción y la violencia intrafamiliar, entre otros.

