Por José Víctor Rodríguez Nájera *
Un poco antes de concluir con el proceso de las reformas estructurales impulsadas por el presidente Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador volverá a la escena política desde el mismo Congreso de la Unión, lugar donde estrenará la fracción parlamentaria de la agrupación que dirige.
Si las cosas salen bien, a partir del próximo viernes el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se estrenará como fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados, sólo por detrás del PRI, PAN, PRD y PVEM, quienes mantienen en ese orden: 213, 114, 101 y 28 legisladores cada uno, respectivamente.
Morena cuenta con la simpatía de una docena de integrantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) quienes han señalado su intención de incorporarse de manera formal a esta nueva agrupación, que ya cuenta con permiso del Instituto Nacional Electoral (INE) para fungir como partido político, precisamente a partir del próximo viernes.
Sumado a las diferencias marcadas al interior del grupo parlamentario del Sol Azteca sobre las reformas financiera y energética, reflejadas con mayor intensidad en recientes días, y mal atendidas por su líder, Silvano Aureoles.
Una parte del PRD ve con malos ojos la intensión del político michoacano en competir de nuevo como candidato a gobernador de esta entidad, que ha cambiado tres veces de gobernador en los últimos meses.
El malestar de sus correligionarios no es por sí solo la competencia política, sino la suma de voluntades codo a codo con el mismísimo PRI y sus dirigentes; incluso, a manera de broma políticos de todas las corrientes llaman a Aureoles Conejo como PRI-lvalno.
A Manlio Fabio Beltrones, líder del PRI, no le incomoda los señalamientos y menos la cercanía, gracias a ella logró que la mayor parte de la fracción perredista aprobara los alcances de la reforma fiscal, que entre otras disposiciones homologó el IVA a las zonas fronterizas del país.
De esta forma, los perredistas inconformes tanto como con la cercanía del PRI (recordemos el Pacto por México) y se cambiarán a un grupo que no hubiera permitid, incluso, la aplicación de un nuevo impuesto para combustibles fósiles, entre ellos, la gasolina, el gas, la turbosina y el gas avión, entre otros.
A este grupo amarillo se anexarán los legisladores del Partido del Trabajo, encabezados por Manuel Huerta Ramón de Guevara, quien podría ser su líder en San Lázaro, y con él la mayor parte del grupo, de los 15 diputados, diez simpatizan con Andrés Manuel.
Y de los 20 legisladores de Movimiento Ciudadano (MC) 15 de ellos simpatizan de manera cercana con el político tabasqueño, sin embargo, Ricardo Monreal Ávila ha recomendado a la bancada no dejarla, sino hasta concluir con la presente legislatura y así cumplir con la palabra empeñada cuando comenzó la legislatura.
De esta manera, Morena –que requiere por Ley la simpatía de por lo menos tres de los 500 legisladores de la Cámara de Diputados— dará una sorpresa al interior del debate en San Lázaro, estrenando grupo legislativo y defendiendo al sector energético. Al paso.
(*) Periodista mexicano / @JoseVictor_Rdz


