México enfrenta una crisis humanitaria que nos reta a ponernos en acción y ofrecer respuestas inmediatas para solucionar esta terrible situación en el país, en la que ya colabora la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Por José Víctor Rodríguez Nájera

México enfrenta una crisis humanitaria que nos reta a ponernos en acción y ofrecer respuestas inmediatas para solucionar esta terrible situación en el país, en la que ya colabora la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Las desapariciones es ya un flagelo que ha dejado más de 111,000 víctimas desde 1962 y más de 53,000 cuerpos o restos humanos sin identificar. Estas cifras, presentadas en el último informe del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, de la que este reportero tuvo acceso, son un recordatorio de la urgencia de actuar en busca de justicia y verdad.

Apenas, un grupo nutrido de integrantes de este Comité, participaron durante la última sesión registrada entre los días 13 y 15 de septiembre pasados en la capital mexicana, donde intercambiaron sus puntos de vista; sin embargo, los resultados presentados desde la oficina que dirige Alejandro Encinas Rodríguez quedaron muy cortos, según se aprecia en este reporte de la ONU.

El documento, enfatiza la ausencia de una política nacional integral para prevenir y erradicar las desapariciones. Además, la falta de reconocimiento por parte de las autoridades en las distintas formas de responsabilidad.

Y es que, la Fiscalía General de la República, la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, la Secretaría de Marina-Armada de México y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), no están integradas en el Mecanismo nacional de seguimiento de las recomendaciones, lo que refleja la falta de garantías para erradicar este mal social.

El documento, que consta de 17 cuartillas, anuncia una alarmante “falta de resultados” en los procesos de formación de equipos encargados de la búsqueda, investigación, judicialización, reparación y prevención. Así como la escasa inversión en formación y falta de indicadores para evaluar su impacto.

Otro tema urgente, que señala la ONU al presidente Andrés Manuel López Obrador, es la falta de concientización y sensibilización pública sobre la problemática de las desapariciones, así como la estimulación de la denuncia de este tipo de hechos, para movilizar a la sociedad y combatir la estigmatización que enfrentan las víctimas.

Sin contar la reflexión emitida sobre la política de militarización de la seguridad pública. A pesar de la reciente sentencia que declaró inconstitucional la transferencia de la Guardia Nacional a la Sedena, a la ONU le “preocupa la extensión de la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública hasta 2028 y la falta de controles civiles efectivos”.

De esta forma, el Comité recomendó la necesidad de formar a los equipos encargados de la búsqueda, investigación, judicialización, reparación y prevención de este delito en temas de respeto a los derechos humanos, incluyendo condiciones mínimas, como un sistema de monitoreo transparente y con indicadores medibles.

La situación de las desapariciones en México es un desafío monumental, pero no insuperable. Requiere un compromiso firme de las autoridades y la sociedad en su conjunto. La justicia y la verdad deben prevalecer, no sólo en el discurso gubernamental, sino como una realidad que México merece. Así reduciremos este grito de dolor.

* Periodista mexicano | @JoseVictor_Rdz | Premio Nacional de Derechos Humanos 2017

• Columna anterior:  La corrupción en el IPN

Publicada de manera original en SDP-Noticias

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