Sin agua, alimentos, electricidad ni combustible, la situación es dramática. La población corre el riesgo de sufrir brotes de enfermedades infecciosas potencialmente mortales, como el cólera; ya se han detectado brotes de diarrea, sarna y varicela
Por Verónica Estrada | Reportera
Las 6 ONG que componen el Comité de Emergencia alertan de que la situación que está viviendo la población civil en Gaza es dramática. Fida Alaraj, trabajadora de Oxfam Intermón, explica desde el interior de Gaza que hay hospitales que ya se han quedado sin combustible.
«Sin electricidad ni combustible, no pueden funcionar los equipos. Lo mismo pasa con las ambulancias, que no pueden trasladar a los heridos». Tampoco se puede sacar agua de la mayoría de los pozos (única fuente disponible tras el corte del suministro por parte de Israel) porque no hay gasolina para hacer funcionar las bombas.
Las cifras de esta crisis humanitaria en Gaza son alarmantes, según la OCHA (la Oficina para la Coordinación de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas) más de 7.000 personas han muerto, hay más de 18.000 heridos, 625.000 niños no tienen escuelas, 50.000 mujeres embarazadas no tienen acceso a servicios básicos, cerca de un millón y medio de personas se han desplazado internamente en Gaza y la OMS denuncia el ataque a 62 instalaciones sanitarias.
Los niños representan el 47% de la población de Gaza y se están viendo desproporcionadamente afectados por el colapso de los servicios sanitarios y la falta de alimentos y agua potable.
Las 6 ONG que forman parte del Comité de Emergencia (Aldeas Infantiles SOS, Educo, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan International y World Vision) hacen un llamamiento a todas las partes para un alto el fuego, acceso a la ayuda humanitaria, respeto al derecho internacional humanitario, garantías de protección a la población civil, especialmente niños y niñas, y protección de refugios e infraestructuras civiles ante cualquier ataque.
«En la Aldea de Rafah escuchamos el sonido de los bombardeos durante todo el día. Los niños y las niñas están nerviosos y temen perder a sus familiares y amigos. Están bajo mucha presión. Nuestro equipo está haciendo todo lo posible para mantenerlos ocupados con diversas actividades y juegos. Pero ningún lugar es seguro en Gaza», comenta una trabajadora de Aldeas Infantiles SOS en la región. –sn–

