La analítica como catalizador de innovación y resiliencia en la industria aseguradora

La industria aseguradora se enfrenta a desafíos y oportunidades sin precedentes.

Por Verónica Estrada | Reportera

Actualmente, las aseguradoras reconocen la necesidad de impulsar su transformación digital como elemento clave para su crecimiento y rentabilidad, pero, en ocasiones, sin una visión clara sobre cómo realizarla.

La industria de los seguros ha atestiguado una transformación profunda en la sociedad y economía en los últimos años. Si bien la reciente pandemia alteró significativamente algunos paradigmas que solían dominar este mercado, también aceleró la manera en que las compañías de seguros interactúan con sus clientes y ajustan sus ofertas de productos.

Un ejemplo de esto se observa en el sector de los seguros automotrices, que ha experimentado una disminución en la demanda no sólo debido a la reducción de su uso durante los períodos de confinamiento, sino también a la adopción del trabajo híbrido y a la escasez y los precios elevados de los vehículos a nivel mundial. Por otro lado, los seguros de gastos médicos mayores han experimentado un notable crecimiento, a pesar de las primas elevadas, impulsados principalmente por la inflación de los proveedores médicos, que alcanzó un 17% en 2022 según datos de la Comisión Nacional de Seguros y Finanzas (CNSF).

«Además de los desafíos actuales, como el crecimiento lento y una baja rentabilidad, existen problemas estructurales en el sector asegurador que lo vuelven incierto y complejo para el futuro», señaló Rafael Díaz de Durana, director de Business Consulting Insurance de Minsait México.

De acuerdo con el ejecutivo, el sector asegurador actual se ha estandarizado, lo que quiere decir que las empresas ofrecen productos muy similares que no satisfacen las necesidades de usuarios con requerimientos significativamente diferentes a los de hace algunos años. En particular, estos actores se enfrentan a un entorno de constante cambio y alta competitividad, donde deben destacarse mediante servicios diferenciales y una experiencia del cliente optimizada.

«Hoy, los clientes están más digitalizados y conectados, lo que se traduce en interacciones físicas reducidas y un cambio en sus hábitos de consumo», señala Díaz de Durana. Además, la tecnología se convierte en un habilitador para desarrollar nuevos productos y servicios, así como para crear formas alternativas de interactuar con el cliente. –sn–