¿Alguna vez te has preguntado por qué los bebés sonríen? ¿Cómo logran esa expresión de alegría y dulzura que tanto nos conmueve? La ciencia nos ofrece algunas respuestas fascinantes sobre este tema.
Por Verónica Estrada | Reportera
Se dice que, para sonreír, los bebés activan entre 12 y 17 músculos, mientras que una carcajada intensa puede poner en movimiento cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago que solo se ejercitan con la risa.
Sorprendentemente, se necesitan 62 músculos para enfadarse y solo 26 para sonreír. Estos datos nos muestran que, aunque sonreír pueda resultar complicado para los adultos en ocasiones, para los bebés y niños pequeños, esta expresión de felicidad es mucho más natural y sencilla.
Sonrisa temprana
Durante el primer mes de vida, la sonrisa de los bebés es un reflejo que generalmente ocurre durante la noche. Aunque no se sabe con certeza qué la desencadena, algunos expertos creen que es una respuesta a estímulos internos durante el sueño.
Sin embargo, estudios recientes han demostrado que, incluso con solo 24 horas de vida, los bebés responden con sonrisas a estímulos positivos como caricias o aromas agradables, aunque el porqué exacto aún es un misterio.
Sonrisa auténtica
A partir del segundo mes, los bebés comienzan a mostrar sonrisas auténticas, que indican placer y amabilidad, conocidas como sonrisas sociales. Estas sonrisas ocurren cuando el bebé está despierto y alerta, no mientras duerme. Este momento es emocionante para los padres, ya que indica que el bebé está feliz y contento.
Herramienta de comunicación
La sonrisa no solo expresa felicidad, sino que también tiene una función comunicativa. A los dos o tres meses, madre e hijo comienzan a entenderse a través de sonrisas, lo que es crucial para el desarrollo afectivo del bebé. Poco a poco, el bebé se vuelve más intuitivo y aprende a anticiparse con una sonrisa a las rutinas a las que está acostumbrado, a partir del cuarto mes.
Algunos bebés son naturalmente más risueños que otros, pero el refuerzo positivo de los padres, especialmente durante los primeros 10 meses, puede hacer que un bebé sea más propenso a sonreír. Para incentivar un mejor desarrollo de sonrisas, los padres pueden realizar ejercicios y juegos divertidos, dejando volar la imaginación y siendo creativos. –sn–

