Preocupación y llamado a las autoridades. Solidaridad y cadena de oración.

Por Julián Nájera | Corresponsal

A una semana de su cumpleaños, monseñor Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Guerrero, desapareció el pasado sábado 27 de abril, generando profunda consternación.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) externó su preocupación y solicitó la intervención de las autoridades para su pronta localización.

La CEM manifestó su inquietud y solicitó enérgicamente la intervención de los gobiernos federal, estatales y municipales para localizar a Mons. Rangel Mendoza. Se hizo un llamado a quienes lo mantienen en cautiverio para que, considerando su delicado estado de salud, le permitan acceder a los medicamentos que necesita.

Apertura de investigación

La jerarquía católica informó que se ha procedido a la apertura de la carpeta de investigación correspondiente ante la Fiscalía General del Estado de Morelos, específicamente en la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas y Cometida por Particulares, para esclarecer los hechos y lograr su pronto regreso.

La CEM pidió a la sociedad proporcionar cualquier información que pueda contribuir con las investigaciones. Los obispos elevaron sus oraciones por Mons. Salvador, su familia, seres queridos y por todos afectados por la violencia. Invitaron a realizar una cadena de oración durante las celebraciones eucarísticas por esta intención.

El priista Manuel Añorve, candidato al Senado, condenó enérgicamente la violencia y la inseguridad en Morelos, señalando que la desaparición del obispo emérito es una muestra de la creciente inseguridad. Exigió al Gobierno de la República investigar y esclarecer el caso, afirmando que «México merece vivir en paz». –sn–