¿Es el comercio informal una respuesta a la crisis económica en Argentina?

El comercio informal o ambulante en Argentina se presenta en el contexto de crisis económica actual, como una opción para cuidar el bolsillo.
Por Lisandro Concatti y Martín Grippo | Corresponsales | VOA

SAN LUIS, ARGENTINA — En medio de la crisis económica que azota a Argentina el comercio ambulante parece posicionarse como una opción para aquellos que buscan ahorrar como para quienes necesitan generar ingresos en un contexto de inflación que presiona y un aumento de la pobreza.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la inflación registrada en marzo de 2024 alcanzó el 11 %, elevando la tasa interanual al 287,9 %, lo que mantiene al país sudamericano en la cabeza de los países con más inflación en el mundo, superando a Líbano y Venezuela.

Este incremento de los precios ha impactado particularmente en sectores vitales como educación, comunicaciones y servicios básicos del hogar, ubicándolos en los primeros puestos de los índices de aumento de precios. Mientras que los alimentos, ocupan el séptimo lugar en el ranking de marzo.

Canasta básica

Para dimensionar la magnitud del desafío económico que enfrentan los argentinos, basta con considerar que, a fecha de abril de 2024, la canasta básica total, que incluye alimentos, transporte, vestimenta, educación y salud, alcanza la cifra de $773.385 pesos argentinos (880 dólares) según el Indec. Sin embargo, la canasta básica total promedio del hogar es $347.082 pesos argentinos (395 dólares) según el más reciente informe.

Este panorama coloca a una gran parte de la población en una situación de vulnerabilidad, con 12,3 millones de personas en condición de pobreza, lo que representa el 41,7 % del total de la población, y 3,5 millones de argentinos en situación de indigencia (11,9 %).

El comercio ambulante y el resurgimiento del ‘trueque’ frente al contexto económico de la nación sudamericana emergen como alternativas tanto para consumidores como una opción para generar ingresos.

Segunda o tercera mano

Para muchos ciudadanos, el comercio ambulante se presenta como una opción para adquirir productos de segunda o tercera mano a precios más accesibles, e incluso, para asegurar el acceso a alimentos a bajo costo. Por otro lado, para aquellos que buscan generar ingresos, el comercio ambulante se convierte en una opción de trabajo no registrado en un mercado laboral cada vez más complejo.

A pesar de un aumento promedio de los salarios del 14,4% en febrero de 2024, tanto en el sector privado como en el público, la tasa de desempleo es del 5,7%, con 0,8 millones de personas activamente buscando empleo, según cifras del cuarto trimestre de 2023, difundidas por el Indec.

En la ciudad de San Luis, en el centro de Argentina, el denominado ‘trueque’ cobra fuerzas ante este contexto. Selena Paez es oriunda de la provincia de Córdoba, pero lleva más de doce años viviendo en la ciudad de San Luis. En esta feria popular Selina vende productos de cosmética y ropa. “Este es mi único ingreso y tengo que pagar alquiler, no llego a fin de mes con mis ingresos”, se lamentó en diálogo con la Voz de América. Y agregó que “cuando no me alcanza salgo a vender más. Estoy viviendo muy mal la situación económica ahora”.

Economía familiar

Ubicado en la ex estación de trenes de esa ciudad, este mercado ambulante recibe todos los fines de semana a cientos de personas que buscan distintos productos y al mismo tiempo, ahorrar en la economía familiar.

Juan Román Vega suele ir hasta dos veces por semana a la feria. “Buscamos precios, está bastante accesible para nosotros. No solo hay precios accesibles, sino que también hay buena calidad, comprar acá ayuda bastante para poder llegar a fin de mes”, comentó a este medio.

Y aunque este tipo de mercados informales siempre generó recelos en los comerciantes registrados, que históricamente reclaman regulaciones, ante este panorama no se muestran con recelo. –sn–