Más de noventa y ocho millones de electores mexicanos se aprestan a tomar la gran decisión de elegir a quienes conducirán el destino nacional durante los próximos seis años.
Por Deyanira Vázquez | Reportera
Este domingo 02 de junio, los electores mexicanos nos aprestamos a hacer valer la soberanía nacional yendo a votar, definiendo con nuestra decisión quienes serán nuestros próximos mandatarios; los más de noventa y ocho millones de electores convocados a acudir a las urnas a lo largo y ancho del territorio nacional, tenemos en nuestras manos el rumbo que tomará el país en los próximos años.
La decisión que enfrentamos no es menor. Predomina un ambiente de confrontación entre las distintas facciones políticas, las cuales priorizan sus propios intereses partidarios por encima de la agenda nacional. Esta situación ha generado una profunda decepción entre los ciudadanos, debido al evidente divorcio entre las promesas de los candidatos y sus acciones una vez en el poder. Con justa razón, los reclamos sobre la falta de ética de la clase política y su responsabilidad ante la encomienda popular son cada vez más frecuentes y justificados.
Este es el motivo por el cual mucha gente duda en acudir a votar, porque llegamos a pensar que de poco o nada sirve nuestro voto, ya no tanto si cuentan bien o mal la papeleta, la protesta es que quienes resulten electos terminarán por no honrar sus compromisos de campaña como ha venido ocurriendo.
Votar todos
Pese a ello, es fundamental que acudamos todos a votar, a acreditar de manera diáfana la comanda del país que queremos, seguridad, empleos bien pagados, justicia para todos, cero impunidades, acabar con la corrupción, modernidad y más; de entre las opciones presentadas en esta limitada y lodosa campaña, elegiremos a los que más nos convencieron, demandaremos su cumplimiento, y en su defecto, exhibiremos su incumplimiento.
La disyuntiva actual es si entregamos un carro completo o uno con contrapesos, es decir, votar la misma fuerza política en cada cargo de elección que nos corresponda, o repartir los votos entre los distintos partidos; este sexenio nos concedió un gran aprendizaje, no hay que poner todos los huevos en una sola canasta, como no hay que dar nunca ni todo el amor ni todo el dinero.
La novela electoral que estamos viviendo se desarrolla en un ambiente extremadamente estresante, no solo en el ámbito político. Enfrentamos una inseguridad persistente, los efectos devastadores de las olas de calor atribuibles al cambio climático, que a su vez provocan severas sequías, y recientemente, una ola inflacionaria que impacta duramente nuestra economía. La inflación sigue en aumento, los precios de los productos de la canasta básica continúan elevándose y la presión sobre el bolsillo de las familias mexicanas no cede.
Reporte de la Anpec
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) reporta que durante el mes de mayo del presente año, veintitrés de los cuarenta y cuatro productos de la canasta básica alimentaria que se monitorean, presentaron un alza en su precio, destacando los siguientes alimentos: aguacate 10.97% que pasó de $59.52 a $66.05; jitomate saladet 8.83% que pasó de $30.79 a $33.51.
Chile jalapeño 7.90% que pasó de $38.32 a $41.35; zanahoria 7.86% que pasó de $17.10 a $18.44; arroz 5.46% que pasó de $29.18 a $30.78; lentejas 3.82% que pasó de $38.41 a $39.88; bistec de res 3.40% que pasó de $186.75 a $193.09; gelatina de sobre 2.59% que pasó de $13.65 a $14.01; tortilla 2.33% que pasó de $24.12 a $24.68 y dulces 1.92% que pasó de $19.51 a $19.89. –sn–

