Un adiós a la última locomotora a vapor en Polanco

Por Paola Ramírez | Reportera

La locomotora a vapor La Emperatriz 2816 finalizó su recorrido en el ‘Final Spike Steam Tour’. Este evento marcó el retiro de la última locomotora a vapor de su clase, después de 94 años de servicio. La máquina recorrió varios estados de Canadá, Estados Unidos y México, generando gran expectación.

Este viernes, la locomotora llegó a Polanco, en la alcaldía Miguel Hidalgo, alrededor de las 7:00 am. Este suceso concluyó su ciclo de trabajo y generó melancolía entre los mexicanos. Las generaciones que no vivieron la era de los trenes aprovecharon para conocer un poco de la historia del transporte.

Desde temprano, largas filas se formaron para ver el interior de La Emperatriz. La mayoría de los asistentes eran niños interesados en saber cómo se maneja una máquina tan poderosa. Esta curiosidad muestra el impacto cultural del evento.

Origen de La Emperatriz

La Emperatriz fue construida en diciembre de 1930 por la empresa Montreal Locomotive Works. Originalmente, se usó para el servicio rápido de carga y pasajeros en el este de Canadá. Operó durante casi tres décadas antes de ser retirada en mayo de 1960.

Después de su retiro, comenzó a funcionar como embajadora itinerante de la empresa Canadian Pacific. Viajó por Canadá y Estados Unidos hasta ser almacenada en 2012. La empresa Canadian Pacific Kansas City desempolvó la locomotora para realizar el ‘Final Spike Steam Tour’.

El ‘Final Spike Steam Tour’ conmemora la conexión continental de Canadá, Estados Unidos y México. Este evento coincidió con el interés del presidente Andrés Manuel López Obrador por reactivar los viajes de pasajeros en tren.

Interés Empresarial

La empresa CPKC mostró su interés en dicha reactivación. Este tour demostró su capacidad de lograr coberturas nacionales e internacionales. Otra empresa interesada en responder al llamado del presidente es Ferromex.

El tour inició en Calgary, Alberta, y pasó por varios estados como Dakota del Norte, Minnesota, Illinois, Louisiana y Texas. En México, recorrió Nuevo León, Hidalgo y finalmente llegó a la Ciudad de México.

El equipo que maneja a La Emperatriz está compuesto por maquinistas dedicados a revivir la historia. Operar la máquina requiere gran esfuerzo físico y cada miembro aporta conocimientos únicos.

Conexión con el Pasado

Para estos ferrocarrileros, la restauración de la locomotora se ha convertido en algo personal. Ven este proyecto como una oportunidad de añadir una parte de sí mismos a la historia de la 2816.

A diferencia de las locomotoras diésel, no hay dos máquinas de vapor iguales. Cada locomotora construida a mano lleva las marcas de sus fabricantes, convirtiéndose en una historia sobre los raíles.

«Se pueden construir dos máquinas de vapor algo idénticas en el mismo taller», reflexionó Jim Scott, miembro de la tripulación desde hace muchos años. Su experiencia resalta la ciencia y el arte detrás de cada locomotora. –sn–