El fin de una saga legal internacional. Comparecencia en las Islas Marianas

SN Redacción

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, decidió declararse culpable de un delito grave en un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Este acuerdo lo liberará de prisión y resolverá una prolongada saga legal que abarcó varios continentes.

Assange compareció ante el tribunal federal de las Islas Marianas, una comunidad estadounidense en el Pacífico Occidental. Ahí, se declaró culpable de un cargo de conspiración según la Ley de Espionaje por obtener y difundir ilegalmente información clasificada de defensa nacional.

La declaración de culpabilidad, que debe ser aprobada por un juez, puso fin abruptamente a un caso penal lleno de intriga internacional. La persecución del gobierno de EE. UU. a un editor cuyo sitio web de secretos lo convirtió en una figura destacada entre los defensores de la libertad de prensa ha llegado a su fin.

Libertad de Prensa

Mientras que muchos defensores de la libertad de prensa consideraron que Assange actuó como periodista al exponer irregularidades militares estadounidenses, los investigadores sostuvieron que sus acciones violaron leyes destinadas a proteger información confidencial y pusieron en riesgo la seguridad nacional.

Se espera que Assange regrese a Australia después de su declaración y sentencia, prevista para el miércoles por la mañana, hora local en Saipan. La audiencia se llevó a cabo allí debido a su oposición a viajar a los Estados Unidos continentales y la proximidad del tribunal a Australia.

El fiscal estadounidense de Assange, Barry Pollack, no respondió de inmediato a los mensajes en busca de comentarios. Este acuerdo garantiza que Assange admitirá su culpabilidad y evitará cualquier condena adicional en prisión.

Refugio en embajada

Assange pasó años escondido en la embajada de Ecuador en Londres, tras las solicitudes de arresto por acusaciones de violación en Suecia. Posteriormente, fue encerrado en el Reino Unido, donde luchó por evitar la extradición a Estados Unidos.

Los fiscales acordaron una sentencia de cinco años, tiempo que Assange ya cumplió en una prisión británica de alta seguridad mientras luchaba contra la extradición. Este proceso se desarrolló en una serie de audiencias en Londres.

El mes pasado, Assange ganó el derecho a apelar una orden de extradición. Sus abogados argumentaron que el gobierno estadounidense proporcionó garantías inadecuadas de que tendría las mismas protecciones de libertad de expresión que un ciudadano estadounidense. –sn–