Cómo enfrentar el proceso de «duelo», momento complejo y personal

Introducción al duelo y sus manifestaciones

Por Martín García | Reportero

El duelo es una experiencia universal, inevitable y profundamente personal. A lo largo de nuestras vidas, estamos destinados a enfrentar la pérdida de seres queridos, mascotas, e incluso etapas importantes de nuestra existencia. La manera en que cada individuo enfrenta el duelo varía, y es un proceso que puede implicar diversas etapas y emociones, desde la negación hasta la aceptación.

La Mtra. Teresita de Jesús Lizárraga Fregoso, profesora de Psicología de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y experta en manejo de duelo, explicó que el duelo es una experiencia que conlleva una gama de emociones como la tristeza, la nostalgia y el dolor emocional. Aunque estas emociones pueden ser intensas, con el tiempo, las personas encuentran formas de ajustarse y seguir adelante con sus vidas.

Cada persona vive el duelo de manera distinta. La experiencia es profundamente personal, y las emociones y etapas que cada individuo atraviesa pueden variar considerablemente. Este proceso de adaptación a la pérdida se compone de diferentes tipos de duelo, cada uno con sus características particulares.

Tipos de duelo

La Mtra. Teresita de Jesús Lizárraga Fregoso enumeró los tipos de duelo más comunes, empezando por el Duelo Normal, que es la respuesta típica y esperada ante la pérdida, y que conlleva una serie de etapas emocionales. Este tipo de duelo es generalmente transitorio y, aunque doloroso, permite a las personas seguir adelante.

Otro tipo es el Duelo Anticipado, que ocurre cuando una persona sabe que la pérdida es inminente, como en casos de enfermedades terminales. Este tipo de duelo permite una preparación emocional antes de la pérdida, lo que puede, en algunos casos, facilitar el proceso de adaptación.

El Duelo Desautorizado se produce cuando la persona experimenta una pérdida significativa, pero no se le permite expresar abiertamente su dolor. Esto puede deberse a presiones sociales, familiares o culturales que desaprueban o minimizan el proceso de duelo, obligando a la persona a lidiar con su pérdida en silencio.

Duelo desautorizado

Otro tipo es el Duelo Crónico, caracterizado por una prolongación del proceso de duelo durante un período de tiempo extenso. Este tipo de duelo puede ser debilitante y requiere intervención profesional para que la persona pueda avanzar en su proceso de sanación.

El Duelo Retardado ocurre cuando una persona retrasa o suprime sus emociones de duelo, pero estas emergen más tarde, a menudo de manera intensa y sorpresiva. Esto puede suceder semanas, meses o incluso años después de la pérdida, y suele requerir apoyo terapéutico para ser procesado adecuadamente.

En el Duelo Inhibido, la persona experimenta dificultades para expresar o sentir emociones relacionadas con la pérdida. Este tipo de duelo puede llevar a problemas de salud mental a largo plazo si no se aborda adecuadamente, ya que la represión de las emociones puede resultar en síntomas físicos y psicológicos.

Proceso de duelo

El Duelo Patológico, también conocido como duelo complicado, se caracteriza por una intensificación y prolongación significativas de los síntomas normales de duelo. En estos casos, la persona puede necesitar intervención profesional para poder procesar la pérdida y seguir adelante con su vida.

El Duelo Sin Resolver se da cuando una persona no logra integrar completamente la pérdida en su vida, quedando atrapada en una fase del duelo que le impide avanzar. Este tipo de duelo puede llevar a sentimientos de estancamiento y desesperanza, afectando gravemente la calidad de vida de la persona.

El Duelo Ausente ocurre cuando una persona no experimenta o niega conscientemente el dolor de la pérdida. Aunque puede parecer que la persona está afrontando la situación con serenidad, esta negación puede causar problemas emocionales a largo plazo, que eventualmente emergerán de manera más severa. –sn–