La Diócesis de Culiacán clama por la paz en medio de la violencia del narcotráfico
SN Redacción
En un intento por devolver la calma a la ciudad, la Diócesis de Culiacán celebró una misa especial en la Catedral de la capital sinaloense. La ceremonia fue convocada en respuesta a la creciente violencia tras la fractura del Cártel de Sinaloa, que ha dejado una estela de miedo y caos entre la población.
El obispo Jesús José Herrera Quiñonez, quien presidió la misa, reconoció que la situación es crítica. Sin embargo, insistió en la necesidad de no albergar rencor ni resentimiento en los corazones de los ciudadanos, a pesar de la violencia que los rodea.
Durante su homilía, Herrera Quiñonez hizo un llamado a la comunidad a perdonar incluso a quienes han desestabilizado sus vidas. «Una fuente de la paz entonces es el perdón, el perdón a quienes crean violencia, a quienes quitan vidas», declaró con firmeza.
El perdón como fuente de paz
El obispo subrayó la importancia de no permitir que el resentimiento envenene el espíritu de la ciudadanía. Pidió que, en lugar de guardar odio, se recurra al perdón como medio para recuperar la paz.
La comunidad fue instada a mantenerse unida, especialmente en estos momentos difíciles para Culiacán y sus alrededores. «No dejemos que un grupo o dos grupos, o los que sean, dividan a nuestra sociedad», expresó Herrera Quiñonez.
El mensaje del obispo fue claro: la división solo fortalece a los grupos violentos. La unidad, en cambio, puede ser la clave para recuperar la estabilidad y la tranquilidad en la región.
Oración por las víctimas
Además de pedir por la paz, Herrera Quiñonez dedicó oraciones a las personas afectadas por la violencia. Hizo mención especial de los empresarios y estudiantes, quienes han sufrido las consecuencias de la inestabilidad que azota a Sinaloa.
El obispo también solicitó que las oraciones se extiendan a los generadores de violencia. «Pidamos para que se detengan y dejen de causar más daño», exhortó, apelando a la compasión y la fe como medios para superar el caos actual.
La misa, que se llevó a cabo en la Catedral de Culiacán, fue solo el inicio de una serie de oraciones que se replicarán en todas las iglesias de la Diócesis de Culiacán. Se hizo un llamado a los sacerdotes y a la feligresía para mantener una oración constante hasta que la paz regrese.
Replicación del mensaje
El mensaje del obispo fue claro: solo a través de la unidad, el perdón y la oración será posible superar esta crisis. Herrera Quiñonez insistió en que la paz no llegará de la mano de la violencia, sino de la reconciliación.
Para muchos habitantes de Culiacán, la fe ha sido un refugio en medio de la tormenta de violencia. Las palabras del obispo resonaron en una comunidad que ha visto cómo el narcotráfico fractura sus lazos sociales y destroza familias.
En su homilía, Herrera Quiñonez enfatizó la importancia de no dejarse vencer por el miedo. «La paz está en nuestras manos, pero requiere de fe, de perdón y de unidad», señaló. –sn–

