Los primeros días de clase, imprescindibles para saber si los niños tienen algún problema visual y evitar fracaso escolar
Por Deyanira Vázquez | Reportera
En estos primeros días de clase, en los que hay un cambio de tareas visuales, de lejos a cerca durante muchas horas, y una gran exigencia para percibir detalles -si bien esto ha cambiado mucho con la irrupción de móviles y tablets incluso en vacaciones- es muy importante que, tanto padres como profesores, descarten la posibilidad de que un problema visual pueda interferir en el aprendizaje de los niños y niñas.
"Es estos primeros meses de clases, con la variación sustancial del comportamiento visual que exige la vuelta al colegio, es cuando más se pueden percibir los signos que indican la existencia de un problema visual", explica Cortes Pozo, Product Manager de PRATS.
El aprendizaje está directamente relacionado con la visión. Entre un 75 y un 90% de lo que un niño aprende, entra por los ojos. Pero, "si hay algún defecto refractivo no detectado, el niño no desarrollará su máximo potencial, pudiendo llegar con ello a condicionar su futuro", recalca Pozo.
Para que el niño pueda aprender con normalidad en los primeros años de colegio, es importante que vea con nitidez, pero además, debe haber desarrollado otra serie de funciones visuales que son imprescindibles para la lectura, como la visión binocular, la capacidad de enfoque, la ejecución de movimientos oculares precisos y una buena percepción visual. Cuando el niño no ha completado bien todas estas capacidades, su rendimiento escolar puede verse afectado.
En este sentido, PRATS recomienda no esperar a que sean los niños quienes planteen quejas, o a que lleguen las malas notas. "Nuestra recomendación es que, ante la ausencia de protocolos en este sentido, en estos primeros días de curso, los niños acudan al óptico-optometrista a revisar su visión. Solo así podremos conocer, realmente, el estado de la visión de los más pequeños", sigue la Product Manager. –sn–

