La diplomacia es una de las ramas de la política más difíciles que existe por el grado de cautela, sensibilidad, tolerancia y paciencia…
Por Daniel Almazán Jiménez*
La diplomacia es una de las ramas de la política más difíciles que existe por el grado de cautela, sensibilidad, tolerancia y paciencia que se debe tener para la elaboración de algún comunicado o documento que se deba redactar y que se deba aludir a alguna nación.
La cautela, sensibilidad, tolerancia y paciencia juegan un papel importante toda vez que, en muchos casos, se añade a otra nación que tiene distintos puntos de vista, diferentes culturas, costumbres raíces, etc. Por ello la cautela, pero, cuando el objetivo del mensaje es el reforzamiento de la dignidad, se suele erizar la piel de propios y extraños como pasa en los últimos días entre México y España.
Y es que durante su gobierno que, está a punto de terminar, AMLO le pidió en dos ocasiones a Felipe VI que pidiera disculpas por las atrocidades cometidas durante la Conquista Española. En lugar de una respuesta respetuosa, diplomática en la que se privilegiaran los elementos descritos, la Casa Real optó por la arrogancia y como dijo el legislador del Congreso de los Diputados de España, Gerardo Pisarello Prados, la corona «pudo haber pedido disculpas como el Papa Francisco, como muchos monarcas europeos que también pidieron disculpas», por lo contrario, se actuó con desprecio y se minimizó la petición.
«Podría haber actuado como Fray Bartolomé de las Casas, que denunció aquellos crímenes. Podría haber actuado como francés Pi Margall, presidente de la Primera República Española que también los denunció, pero optó por la arrogancia y por el desdén. Y hoy está pagando un precio por esa enorme torpeza diplomática» insistía el legislador español, a lo que yo agregaría: pudo el Rey de los españoles simplemente dar el avión a AMLO y ni eso quiso hacer, ni para eso le alcanzó…
Por ello, no puedo más que coincidir con Pisarello cuando a través de sus redes sociales afirma que, «es lógico que un rey que no respetó, no sea respetado. Es lógico que un rey que desdeñó, sea desairado».
Por fortuna existen legisladores en el Congreso español, que creen que desde nuestro país no se ha hecho otra cosa más que dejar en claro que, ahora a México se le respeta. Y como un homenaje y orgullo de afecto para nuestro país, vuelvo a citar a Gerardo cuando dice «son muchas y muchos los que creemos que el pueblo de México es un pueblo, no de súbditos, sino de mujeres y hombres libres”.
Es una república de mujeres y hombres libres. Y por eso este primero de octubre vamos a estar allí para presentar nuestros respetos a ese pueblo digno, al presidente saliente Andrés Manuel López Obrador y evidentemente a la nueva presidenta Claudia Sheinbaum… declaraciones que están bajo la afirmación del presidente español Pedro Sánchez, quien calificó de «inaceptable» e «inexplicable» la decisión de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, de no invitar a Felipe VI a su toma de protesta el 1 de octubre, por esa razón dijo, el Gobierno de España «ha decidido no enviar a ningún representante diplomático español a la ceremonia de toma de posesión de Sheinbaum”.
La decisión es respetable e indispensable pero, seamos realistas, no por eso, la primer Presidenta de México va a dejar de recibir la banda presidencial, no por ello, la Dra. Sheinbaum tomará protesta y hará historia luego de más de doscientos años de un México independiente, no por ello, nuestro país pondrá en alto su nombre ante el mundo por hacer justicia a las mujeres y poner al mando a Claudia Sheinbaum de toda una nación, que a lo largo de su vida ha sido saqueada, ultrajada y sobre todo, menospreciada por naciones como Estados Unidos y desde luego, por España.
¡Viva México, Cabrones! Se escuchaba en España en voz de la verdadera izquierda de ese país hermano. Y desde México decimos: quien no venga a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, simplemente se lo pierde pues, para nosotros y naciones que conocen nuestra historia, será una gran fiesta histórica que dará la vuelta al mundo, por ser un ejemplo de democracia que ni Estados Unidos ni Canadá han experimentado. Es más, ni España que se ha tirado al piso por no haber recibido una invitación a la fiesta histórica mexicana para su rey Felipe, han dado muestras de igualdad pues nunca, en toda su historia, han tenido a una mujer presidenta.
Periodista | Twitter: @Daniel1Almazan
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