Fracasan 27 % de las empresas mexicanas por mala administración: Rankmi

Entre mayo de 2019 y mayo de 2023, 1.4 millones de empresas cerraron sus puertas.

Por Deyanira Vázquez | Reportera

La planificación presupuestaria es un proceso vital para garantizar la estabilidad financiera y operativa de cualquier organización. Con el 2025 a la vuelta de la esquina, iniciar este proceso lo más pronto posible es fundamental para prepararse ante los retos del próximo año.

De acuerdo con Freddy Valdovinos, Director Ejecutivo de QuodPraesens HR Consulting, “Debes conocer en qué momento está la empresa, para sobre esa base planificar tu estrategia de RRHH. No es lo mismo una empresa en un período expansivo, que una que está en una etapa recesiva”.

En el contexto de México, los riesgos empresariales son claros. Según datos del INEGI, entre mayo de 2019 y mayo de 2023 nacieron 1.7 millones de establecimientos, pero también cerraron 1.4 millones, lo que refleja la volatilidad del entorno empresarial.

Los principales factores que contribuyen al fracaso de los negocios, de acuerdo con la Radiografía del Emprendimiento 2023, son la falta de conocimiento del mercado (35.8%), la mala administración (27.6%) y la falta de liquidez (31.6%), lo que destaca la importancia de una planificación financiera sólida para que las empresas sobrevivan y prosperen en un contexto donde el 61% de los dueños de negocios dependen de sus empresas como fuente principal de ingresos.

El primer paso para cualquier organización es analizar su situación financiera actual y responder a preguntas clave como: ¿Cuáles son las principales prioridades? ¿Qué porcentaje del presupuesto se destinará a la atracción y retención de talento? ¿Existen cambios legales o tributarios que podrían afectar los presupuestos del próximo año? Para Jorge Cabezón, Director de la Asociación de Ética Empresarial y Organizacional de Chile, “es esencial planificar de acuerdo con los recursos disponibles para garantizar la experiencia, bienestar y crecimiento de los colaboradores”.

Uno de los principales componentes de esta planificación es el diseño del presupuesto. Para ello, es fundamental alinearlo con la estrategia general de la empresa, tomando en cuenta proyecciones de crecimiento, objetivos y recursos disponibles. Un paso clave es revisar el presupuesto del año en curso para ajustarlo a las previsiones del venidero, evaluando si se necesitan nuevas contrataciones o reestructuraciones para contar con el talento adecuado. –sn–