Pese a los desafíos, los productores apuestan por una cosecha récord de 25 mil macetas para esta temporada navideña.
Por Fausto Hernández | Reportero
En el paraje San Sebastián, ubicado en la zona chinampera de San Luis Tlaxialtemalco, Xochimilco, la familia Díaz Durán inició la venta de 25 mil macetas de flor de nochebuena. Esta cifra marca un récord en su producción, superando las 17 mil plantas cultivadas en 2023.
El equipo familiar, liderado por Ulises Díaz Xolalpa y su esposa Karla Durán Hernández, trabaja con sus seis hijos en la preparación y comercialización de las plantas. Desde el pasado 10 de noviembre, buscan alcanzar su meta de ventas, enfrentando pérdidas ocasionadas por las lluvias de octubre.
Las intensas precipitaciones inundaron la zona, dañando más de 10 mil macetas. A pesar de ello, la familia decidió ampliar su producción, confiando en la demanda de sus clientes y la calidad de sus flores.
La nochebuena: tradición y resistencia
El vivero de los Díaz Durán ofrece más de seis colores de nochebuena, con tamaños que se adaptan a todo tipo de espacios. Las plantas llegan a mercados locales como San Luis, Nativitas y Cuemanco, así como a puntos estratégicos de la Central de Abasto y el mercado de Jamaica.
Además, parte de su producción se distribuye a ciudades de la frontera norte y el sur del país, incluyendo Tijuana, Hermosillo y Mérida. Cada planta representa meses de trabajo, ya que el cultivo inicia con esquejes entre abril y mayo, comentó Elías Díaz, el hijo mayor de la familia.
A sus 23 años, Elías se enorgullece de continuar con la tradición de cuatro generaciones de productores. Recordó cómo su padre dejó de revender flores para comenzar a cultivarlas en la misma chinampa que perteneció a su abuelo.
Impacto económico en la floricultura
El aumento en el precio de los insumos agrícolas ha afectado directamente la producción de nochebuena. Según Ulises Díaz, el conflicto entre Ucrania y Rusia incrementó los costos de fertilizantes y nutrientes, duplicando su precio en algunos casos.
Cada planta ha visto un aumento promedio de cinco pesos debido al encarecimiento de abonos, macetas y tierra. Sin embargo, los Díaz Durán buscan mantener precios accesibles para sus clientes, en un mercado competitivo que exige estrategias constantes.
Las autoridades reportaron que en la Ciudad de México se sembraron más de tres millones de plantas en zonas de conservación. En estas áreas, la producción de nochebuena no solo impulsa la economía local, sino que también preserva las técnicas agrícolas tradicionales.
El reto de conquistar mercados
Para garantizar la calidad de las plantas, la familia contrata hasta cinco jornaleros adicionales durante la temporada alta. Estas labores incluyen el cuidado diario de las flores, el control de plagas y el manejo de la comercialización en diversos puntos de venta.
Ulises Díaz resaltó que las fechas clave para colocar su producción son del 20 de noviembre al 12 de diciembre. Posteriormente, la demanda de nochebuenas disminuye drásticamente, complicando su distribución.
Por su parte, Elías señaló que, aunque las ventas son prometedoras, la incertidumbre siempre está presente. «Algunas temporadas sembramos mucho y no logramos vender todo; en otras, producimos menos y la demanda supera las expectativas», comentó.
Hacia un futuro sostenible
Además de las nochebuenas, los Díaz Durán preparan la producción de otras flores como tulipanes, narcisos y begonias. Este esfuerzo diversifica su oferta, ayudándoles a mantener su negocio durante todo el año.
La familia combina la experiencia de generaciones con prácticas modernas de cultivo, adaptándose a las nuevas exigencias del mercado. Para ellos, cada maceta vendida simboliza no solo un ingreso económico, sino también la preservación de su identidad como chinamperos.
Con orgullo, Ulises Díaz concluyó: «Este trabajo nos conecta con nuestras raíces y con la tierra que nuestros ancestros cultivaron. Seguimos luchando por mantener viva esta tradición». –sn–

