La detención de Miguel Ángel Cuéllar Rangel pone en evidencia la infiltración del crimen organizado en las instituciones de seguridad pública.

Por Martín García | Reportero

En un operativo coordinado, las autoridades federales detuvieron a Miguel Ángel Cuéllar Rangel, conocido como “El Tigre”, en Pachuca, Hidalgo. El exdirector de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de Quintana Roo enfrentaba una orden de aprehensión por el delito de homicidio calificado.

El gabinete de seguridad confirmó que “El Tigre” operaba como parte del Cártel de Sinaloa en Quintana Roo. Según los informes, su rol en la organización criminal incluía la extorsión y la ejecución de homicidios en el municipio de Benito Juárez.

Las investigaciones señalaron que Cuéllar Rangel utilizó múltiples domicilios en Quintana Roo, Nuevo León y la Ciudad de México para evadir la acción de la justicia. Las autoridades lograron rastrear sus movimientos gracias a herramientas tecnológicas y labores de inteligencia.

Colaboración interinstitucional y ubicación en Hidalgo

El operativo que concluyó con la detención de Miguel Ángel Cuéllar Rangel fue resultado de la coordinación entre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar), la Guardia Nacional (GN) y la Fiscalía General de la República (FGR).

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Quintana Roo compartió información crucial para identificar al detenido como un objetivo prioritario. Este dato facilitó la labor de las fuerzas federales, quienes ubicaron al sospechoso en Pachuca tras un exhaustivo seguimiento.

“El Tigre”: perfil de un funcionario al servicio del crimen

“El Tigre” no solo era un líder en el ámbito policial, sino también un operador clave para el Cártel de Sinaloa en el sureste mexicano. Los registros oficiales indican que utilizaba su posición para garantizar la protección de células delictivas.

Los delitos que se le atribuyen incluyen la coordinación de actividades de extorsión en Quintana Roo y la ejecución de personas vinculadas con organizaciones rivales. Estas acciones alimentaron un clima de violencia en la región.

La captura del exfuncionario se llevó a cabo sin incidentes, aunque las autoridades han revelado que Cuéllar Rangel intentó desplazarse constantemente para evitar su localización. Al momento de su arresto, le fueron informados sus derechos, y quedó a disposición del Ministerio Público correspondiente.

El impacto en Quintana Roo y los retos en seguridad

La detención de Cuéllar Rangel plantea serias preguntas sobre el grado de infiltración del crimen organizado en las instituciones gubernamentales. Los expertos coinciden en que la corrupción a este nivel dificulta los esfuerzos por garantizar la seguridad en estados como Quintana Roo.

El municipio de Benito Juárez, en particular, ha sido uno de los más afectados por la violencia que generaron las operaciones de “El Tigre”. Las autoridades locales enfrentan ahora el desafío de restablecer la confianza ciudadana.

Avances en la lucha contra la corrupción policial

Con la captura de Cuéllar Rangel, las instituciones de seguridad buscan enviar un mensaje claro: no habrá impunidad para quienes utilicen sus cargos públicos para beneficiar a grupos delictivos. Sin embargo, los analistas señalan que aún queda mucho por hacer para depurar las filas policiales.

La FGE de Quintana Roo subrayó la importancia de fortalecer los mecanismos de control interno en las corporaciones de seguridad. Estos cambios son esenciales para prevenir que futuros funcionarios se conviertan en cómplices del crimen organizado. –sn–