Lleva la energía solar a edificios icónicos como el Museo Guggenheim, el Palacio de la Diputación y mercados históricos de Bilbao
Por Deyanira Vázquez | Reportera
Algunos de los edificios más emblemáticos de Bilbao generan su propia energía solar, de la mano de Bikote Solar. La ciudad, conocida por su arquitectura vanguardista y su compromiso con la sostenibilidad, ha visto cómo edificios icónicos se han transformado en referentes de la energía limpia. Bikote Solar, con el impulso, según el caso, del Ayuntamiento de Bilbao, Iberdrola y otras administraciones y entidades, ha sido partícipe en esta transformación. Desde el icónico Museo Guggenheim hasta los históricos mercados municipales, la empresa ha demostrado que es posible combinar estética y eficiencia energética en espacios únicos. Durante este ejercicio, Bikote Solar ha consolidado su experiencia en instalaciones fotovoltaicas para edificios emblemáticos y singulares, afrontando proyectos que presentan retos técnicos y estéticos. Su capacidad de adaptar las soluciones a cada edificio la ha convertido en un referente en este tipo de instalaciones.
Entre los proyectos de este año están los realizados en el Mercado del Ensanche y el Mercado de Otxarkoaga con potencias de 146 kWp y 103 kWp, respectivamente y que forman parte del impulso del Ayuntamiento de Bilbao a través de Bilbao Zerbitzuak para incorporar energía solar a los edificios municipales. Estos proyectos se unen a la instalación ejecutada el año pasado en el Mercado de la Ribera donde se colocaron de 133 kWp. Todas estas instalaciones se han ejecutado de la mano de Iberdrola al igual que las que se van a ejecutar en las próximas semanas en los edificios del Aulario y la biblioteca-CRAI de la Universidad de Deusto, situados a ambos lados de la ría, que también son edificios emblemáticos dentro de Bilbao y que albergarán unos 80 kWp cada uno.
Destaca especialmente este año la instalación realizada en el Museo Guggenheim Bilbao, también en colaboración con Iberdrola, y ubicada en las cubiertas de los edificios de oficinas y tienda que requirió del permiso del propio diseñador del Museo Frank Ghery.

