La falta de atención de emergencia y el retiro de personal ponen en duda la seguridad de los usuarios en el centro deportivo.
Por Fausto Hernández | Reportero
La noche de este jueves, una mujer de aproximadamente 30 años perdió la vida al interior del club deportivo Fitsi Forum Buenavista, ubicado en el tercer piso lo que fuera la estación del ferrocarril. La tragedia ocurrió en la zona de “peso libre” alrededor de las 21 horas. A pesar de las solicitudes de auxilio por parte de los usuarios, la intervención de los servicios de emergencia fue tardía y no se logró evitar el deceso.
Fue a través del número 911 de emergencias de la ciudad de México cuando los usuarios pidieron ayuda, pero los servicios de emergencia que arribaron no fueron los de la capital, sino los de la propia plaza comercial, quienes retiraron de inmediato el cuerpo. El personal de la sucursal Fitsi Forum Buenavista solicitó la intervención de la plaza, lo que demoró casi veinte minutos. Para ese momento, la mujer ya no presentaba signos vitales.

Los testigos que presenciaron los hechos señalaron que el personal del gimnasio no utilizó los equipos de emergencia que se encontraban disponibles en el centro deportivo. Según uno de los clientes, la zona destinada para la atención de emergencias fue abandonada por el personal desde semanas atrás. En su lugar, sólo quedaban un desfibrilador y unas camillas.
Falta de apoyo
Guadalupe, cliente del club Fitsi Forum Buenavista, comentó que la mujer, identificada como Mari, había ingresado recientemente al gimnasio. No obstante, ella no recibió apoyo de los entrenadores, debido a la escasez de personal en el lugar. “Si no pagas el servicio de entrenamiento, nadie te apoya”, mencionó, añadiendo que Mari utilizó los aparatos por su cuenta sin recibir orientación adecuada.
A este problema se sumó otro aún más grave: la retirada de los bebederos y filtros de agua potable en el gimnasio. Esta medida dejó a los usuarios expuestos a sufrir deshidratación, lo que, en situaciones de alta exigencia física, podría agravar el riesgo de accidentes. Testigos aseguraron que esta falta de atención contribuyó a la fatiga de Mari, quien, según reportaron, ya se encontraba agotada cuando ocurrió el incidente.
Investigación de las autoridades
El testimonio de otro cliente detalla que, a pesar de la presencia de equipos de emergencia en el gimnasio, estos no fueron utilizados en el momento adecuado. El testigo añadió que, si se hubiera recibido apoyo adecuado y una orientación más precisa sobre el uso de los aparatos, tal vez se habría podido evitar la tragedia. La situación resalta la falta de medidas de seguridad y la deficiencia en los protocolos de atención médica; «hoy, ni siquiera hay agua en los baños y regaderas, para bañarse«.
En cuanto a la firma de gimnasios Fitsi, se mostró renuente a emitir comentarios sobre lo sucedido. A pesar de que su eslogan promociona al gimnasio como “el GYM que tiene todo para todos”, evitó pronunciarse respecto al incidente. Los clientes señalaron que la falta de respuesta ante situaciones de emergencia pone en duda el compromiso de la empresa con la seguridad de sus usuarios.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias que rodearon el fallecimiento de Mari. Las autoridades buscarán deslindar responsabilidades y determinar si la falta de atención o la negligencia por parte del personal del gimnasio contribuyó a la tragedia.
Seguridad deportiva
Los expertos consultados en materia seguridad deportiva subrayan a este medio de comunicación que los gimnasios deben contar con personal capacitado en primeros auxilios, equipos de emergencia accesibles, una atención inmediata en caso de cualquier incidente; así como el acceso a agua potable. El caso de Mari pone de manifiesto que, en ocasiones, la falta de recursos o la gestión deficiente de los servicios de emergencia puede tener consecuencias fatales.
La ausencia de personal especializado en el gimnasio también resalta una tendencia más amplia en el sector, donde algunos centros deportivos recortan personal para reducir costos, lo que afecta directamente la calidad del servicio y la seguridad de los usuarios. La crisis de personal capacitado en Fitsi se evidenció no solo en la falta de atención a emergencias, sino también en la insuficiencia de entrenadores para guiar a los miembros del gimnasio y la violación flagrante a los derechos humanos, ya que no garantiza la vida, la salud y el acceso al agua potable de las personas.
Los testimonios de los clientes revelan que la falta de personal capacitado en salud y seguridad no es un caso aislado. Al parecer, muchos usuarios del gimnasio se sienten abandonados y desprotegidos en caso de urgencias. Esto, en un ambiente donde se exige esfuerzo físico constante, eleva el riesgo de accidentes y lesiones graves.
La cadena de gimnasios Fitsi es propiedad del empresario Héctor Antonio Troncoso Navarro, identificado como uno de los fundadores de la cadena Sports World en 1996, quien renunció a esa posición años más tarde; Troncoso Navarro presume que en cada una de sus sucursales hay un flujo mínimo de 2,500 clientes al día. –sn–

