Martín Escareño Díaz fue el primer afectado por las políticas migratorias del republicano.
Por Margarita Hernández | Corresponsal
En menos de 24 horas desde la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, las deportaciones de migrantes comenzaron a materializarse. El primer caso registrado involucró a Martín Escareño Díaz, un mexicano originario de Guadalupe, Zacatecas.
El hombre de 38 años fue deportado tras intentar cruzar la garita de San Ysidro con documentos falsos, lo que llevó a su detención por autoridades estadounidenses. Fue liberado la mañana del 20 de enero e instruido a regresar a México por la ciudad fronteriza de Tijuana.
En entrevista, Martín Escareño compartió que llevaba una década viviendo sin documentos legales en Estados Unidos. A pesar de la deportación, expresó su intención de buscar la manera de regresar al país vecino.
Con solo una mochila, una gorra y una chamarra en su poder, Martín narró los retos que enfrentó en su detención. “No fue fácil, pero voy a intentarlo de nuevo. Allá está mi familia, no tengo nada aquí”, aseguró a medios locales.
Reacciones de legisladores y medidas de Trump
El caso generó una reacción inmediata en México. El senador de Zacatecas, Saúl Monreal, condenó las políticas migratorias del republicano, calificándolas de inhumanas y discriminatorias.
“Es lamentable la insensibilidad. Martín Escareño es solo el primer caso, pero habrá muchos más. Exigimos a la Cancillería Mexicana que brinde apoyo a nuestros connacionales”, escribió el legislador en su cuenta de X.
Por su parte, una de las primeras acciones de Donald Trump como presidente fue cancelar el uso de la aplicación móvil CBP One, que facilitaba a migrantes solicitar citas para ingresar legalmente por los puertos fronterizos. La decisión afectó a miles de migrantes que aguardaban en México.
México responde con políticas de retorno
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció medidas para atender a los migrantes varados en el territorio nacional. Durante su conferencia matutina, explicó que se buscarán acuerdos con países centroamericanos para facilitar el retorno seguro de estas personas a sus lugares de origen.
“Hemos establecido mecanismos de cooperación con Guatemala, Honduras y Cuba, entre otros. Nuestro objetivo es garantizar un trato digno a los migrantes afectados por estas políticas”, declaró Sheinbaum.
La mandataria subrayó que la nueva política migratoria estadounidense representa un desafío para México, pero reiteró su compromiso de trabajar con organismos internacionales para salvaguardar los derechos humanos de los migrantes.
Impacto en las comunidades fronterizas
El cese de CBP One y el endurecimiento de las políticas migratorias aumentaron la tensión en las ciudades fronterizas. En Tijuana, organizaciones como el Albergue Padre Chava reportaron un incremento en la llegada de deportados.
“Estamos viendo más casos como el de Martín. Muchas de estas personas no tienen dónde quedarse ni recursos para comenzar de nuevo”, señaló Marta Villaseñor, directora de la organización.
La crisis migratoria, un problema bilateral
Expertos en relaciones internacionales señalan que la postura de Trump refuerza las divisiones entre ambos países. Sin embargo, destacan la importancia de establecer un diálogo que permita abordar la problemática desde una perspectiva regional.
El caso de Martín Escareño es un recordatorio de las dificultades que enfrentan los migrantes. Mientras unos buscan mejores oportunidades, otros se encuentran con políticas restrictivas que los obligan a replantear su futuro. –sn–

