En picada la producción de Pemex, cae a niveles de 1978

Por Deyanira Vázquez | Reportera

La petrolera más endeudada del mundo atraviesa una crisis de producción sin precedentes. Pemex cerró 2024 con una plataforma de extracción de solo 1.3 millones de barriles diarios, cifra equivalente a la registrada en 1978.

La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), próxima a desaparecer, confirmó la caída sostenida en la producción petrolera. Expertos han atribuido esta situación a una gestión deficiente y a decisiones políticas que han agravado la crisis.

El desplome en la producción se ha visto acelerado durante la administración de Octavio Romero, exdirector de la empresa y cercano al expresidente Andrés Manuel López Obrador.

El impacto de la crisis ya se refleja en las economías locales de Villahermosa, Veracruz y Campeche, donde la falta de actividad petrolera ha afectado a cientos de empresas y trabajadores.

A la par, la administración de Claudia Sheinbaum ha reducido aún más el presupuesto de Pemex Exploración y Producción (PEP), lo que compromete el futuro energético del país.

Recorte de presupuesto y cierre de plataformas

El actual director de Pemex, Víctor Rodríguez, decidió reducir el presupuesto de PEP a aproximadamente 180,000 millones de pesos, menos de la mitad del monto de 2024.

Con esta disminución, las refinerías enfrentarán dificultades para operar, ya que la extracción de crudo será insuficiente para su abastecimiento.

Las restricciones presupuestales obedecen a la presión financiera de la empresa y su impacto en las finanzas públicas manejadas por la Secretaría de Hacienda, dirigida por Rogelio Ramírez de la O.

En el Golfo de México, Pemex opera 36 plataformas marítimas, de las cuales 17 ya han sido cerradas, lo que representa casi la mitad de su capacidad productiva.

Muchas de estas plataformas fueron arrendadas a empresas privadas, pero las deudas acumuladas han provocado la suspensión de operaciones.

Impacto en la economía y la recaudación fiscal

El cierre de plataformas profundizará la crisis de Pemex y afectará la recaudación fiscal, debilitando aún más las finanzas del Estado.

En estados petroleros como Tabasco, Veracruz y Campeche, la reducción de actividades ha impactado directamente en el empleo y en las pequeñas y medianas empresas.

La insolvencia de Pemex ha llevado a la empresa a acumular un adeudo con proveedores de aproximadamente 20,000 millones de pesos.

El gobierno enfrenta presiones adicionales, ya que parte de los ingresos del país dependen de los ingresos petroleros, que han disminuido significativamente.

Analistas han advertido que la dependencia del presupuesto federal hacia Pemex podría generar una mayor presión sobre la deuda pública en los próximos años.

Endeudamiento acelerado y crisis energética

El gobierno federal proyecta un endeudamiento de 3,415 millones de pesos diarios en 2025, de los cuales Pemex contratará deuda por 675 millones de pesos al día.

Con estas cifras, uno de cada cinco pesos de la deuda nacional se destinará al rescate financiero de la petrolera.

La falta de inversión en exploración y producción pone en riesgo la autosuficiencia energética, afectando la estrategia de refinación nacional.

El desabasto de petróleo para las refinerías nacionales podría obligar a México a importar más crudo en los próximos años.

Las decisiones tomadas por el gobierno y la administración de Pemex han generado incertidumbre sobre la viabilidad de la empresa en el futuro inmediato.

Pymes en crisis y despidos masivos

La crisis de Pemex ha llevado a la quiebra a múltiples empresas que dependían de contratos con la petrolera.

El despido de cientos de trabajadores, ingenieros y técnicos ha generado un impacto social significativo en regiones petroleras.

Las organizaciones empresariales han exigido al gobierno federal una estrategia clara para evitar más cierres y pérdida de empleos.

Hasta ahora, las autoridades no han presentado un plan para rescatar a las empresas afectadas ni para reactivar la producción petrolera.

El sector energético enfrenta una encrucijada que determinará su futuro en los próximos años, en un contexto de creciente incertidumbre económica. –sn–