Fundación UNAM, presidida por Dionisio Meade, organizó el ciclo Jueves de Ciencia. Nuestra nueva realidad. Documentales y Diálogo con académicos
Por Martín García | Reportero
Es importante educar a las próximas generaciones en el uso de las nuevas tecnologías, las cuales proporcionan un gran poder y nos exigen la responsabilidad de utilizarlas y aprovecharlas de forma adecuada. Hoy en día la capacidad de la inteligencia artificial (IA) afecta la forma en que comprendemos nuestro entorno, incluso en cómo establecemos nuestras relaciones personales, indicó el investigador emérito de la UNAM, Jaime Urrutia Fucugauchi.
Con ello eventualmente perdemos la capacidad de definir qué es lo que realmente queremos, y si nos guiamos por lo que nos está dando tendremos un problema serio, de ahí la trascendencia de generar crítica y autocrítica en las nuevas generaciones a través de la educación, clave para seguir avanzando, prosiguió el también consejero de Fundación UNAM.
En tanto, el presidente de Fundación UNAM, Dionisio Meade, resaltó que estos encuentros representan la oportunidad para ahondar en la investigación y conocimiento sobre dicha tecnología digital, la cual cada vez se vuelve más accesible, esencial y nos ofrece mayores oportunidades.
Al participar en el ciclo Jueves de Ciencia. Nuestra nueva realidad. Documentales y Diálogo con académicos, organizado por este organismo y transmitido por TVUNAM, Carlos Ignacio Hernández Castellanos, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas y en Sistemas (IIMAS), también manifestó que la IA llegó para quedarse.
Sin embargo, uno de los peligros es que algunas personas traten de adoptarla como parte de sus relaciones sentimentales. “Esta tecnología te da la razón todo el tiempo, estará atenta o atento, si es que se le puede asignar un género, a tus necesidades; y ese es uno de los riesgos”.
En la conferencia “Inteligencia artificial y las relaciones sentimentales”, apuntó: Sin duda, habrá gente u organizaciones interesadas en generar ese tipo de producto o servicio, pero dependerá de nosotros saber en dónde poner ese límite; es decir, “entre vivir en ese mundo virtual o en la parte real en donde podemos estar en desacuerdo con alguien”.
Reconoció que tiene numerosos aspectos positivos. “No todo es negativo”, algunos de sus usos dependen de la perspectiva y necesidad que tengamos, pero debemos ser críticos porque esta herramienta tecnológica nos facilita las actividades, por ejemplo los correctores ortográficos y gramaticales, lo que nos llevaría a perder esa capacidad, aunque nos hace más sencillas esas tareas.
“Platicar con una inteligencia artificial servirá como espejo, me va a validar, entonces puedo utilizarla para ser crítico conmigo mismo, para ver posibles fallas en mis argumentos. El detalle está en no dejarnos perder y solo seguir el camino como sustituto de la realidad”, recalcó.
Araxi Urrutia, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, señaló que podría generar una situación de aislamiento de ideas y argumentos. De hecho, ocurre desde antes con nuestra interacción con Chatbox, o con las redes sociodigitales donde terminamos interactuando con otras personas que piensan como nosotros y nos vamos aislando de los argumentos que confrontarían nuestras ideas.
La especialista en Bioinformática precisó que la IA se utiliza para generar contenido, pero también está detrás de los algoritmos que estudian nuestro comportamiento en internet para seleccionar la publicidad a la que nos va a exponer en las diversas plataformas provocando una disminución en la interacción presencial con otros seres humanos.
Para ello, abundó, se requiere cierta regulación por parte del gobierno, pero también es necesario disminuir la dependencia de docentes y estudiantes, en todos los niveles, del uso de computadoras y otros dispositivos y regresar a una interacción no mediada por estas tecnologías que permita una transmisión de conocimiento que invite a la reflexión y genere un pensamiento crítico. –sn–

