Sobrevivientes relataron las condiciones de adoctrinamiento y tortura en el rancho Izaguirre
Por Paola Ramírez | Reportera
El hallazgo de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, utilizado como centro de adiestramiento por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), sacudió al país.
Las autoridades encontraron evidencia de que el sitio funcionaba como una “escuelita del terror”, donde los reclutados recibían entrenamiento paramilitar.
Entre los objetos hallados había zapatos, ropa, libretas con apuntes sobre armas de alto poder y listas de alumnos con apodos asignados por sus captores.
Los jóvenes eran sometidos a condiciones extremas, con privaciones de agua y alimentos, además de simulacros de combate con armas de gotcha.
Los indicios del adoctrinamiento criminal
Las libretas recuperadas contenían información sobre el uso de AR-15, AK-47 y otras armas de alto poder, lo que confirmaba el tipo de formación recibida.
A los reclutas se les despojaba de su identidad al asignarles un nuevo nombre, lo que formaba parte del proceso de deshumanización dentro del grupo criminal.
El rancho Izaguirre, donde operaba el centro de entrenamiento, estaba diseñado para forjar sicarios bajo un régimen de control absoluto.
Los testimonios recogidos por colectivos de búsqueda y sobrevivientes confirmaron que los reclutados pasaban por un proceso de selección violento.
¿Existen más “escuelitas del terror” en México?
El caso de Teuchitlán generó interrogantes sobre la existencia de otros centros de adiestramiento similares en el país.
Jalisco lidera la lista de estados con más personas desaparecidas, aunque no figura entre los cinco estados con mayor índice de homicidios.
Colectivos de búsqueda han advertido que muchos jóvenes desaparecidos podrían estar atrapados en estos campos de entrenamiento.
Las investigaciones apuntan a que la captación de reclutas ocurre a través de redes sociales y falsas ofertas de empleo.
El escape de Eduardo Lerma Nito
Uno de los sobrevivientes de la “escuelita del terror” fue Eduardo Lerma Nito, originario de Cortazar, Guanajuato.
El joven, nacido en 2003, desapareció en febrero de 2024 en San Juan de los Lagos, donde trabajaba en una sucursal de Farmacias Guadalajara.
Se creyó que estaba entre los restos humanos hallados en el rancho, pero su testimonio reveló que había logrado escapar.
En octubre de 2024, Lerma Nito se reencontró con su familia en Guanajuato, aunque no se han revelado detalles de su fuga.
Protestas y exigencias de justicia
Ante la gravedad del caso, colectivos de búsqueda y organizaciones de derechos humanos convocaron una movilización nacional.
Bajo el lema “Vigilia y Luto Nacional Popular”, la manifestación se llevará a cabo el sábado 15 de marzo a las 17:00 horas.
Uno de los puntos principales de protesta será el Zócalo de la Ciudad de México, frente a Palacio Nacional.
Las manifestaciones se replicarán en más de 20 ciudades, incluyendo Guadalajara, Monterrey, Puebla y Tijuana.
La exigencia de las víctimas
Los organizadores han demandado que el gobierno federal investigue la existencia de más centros de adoctrinamiento criminal.
Familiares de desaparecidos han señalado la falta de avances en la identificación de los restos hallados en Teuchitlán.
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco ha denunciado la omisión de las autoridades estatales en la búsqueda de víctimas.
Las organizaciones insisten en la urgencia de crear mecanismos efectivos para prevenir el reclutamiento forzado de jóvenes. –sn–

