Cada día, miles de personas entrenan en gimnasios sin saber que una mancuerna alberga más de un millón de gérmenes por cm², 362 veces más que un inodoro.
Por Deyanira Vázquez | Reportera
5,4 millones de personas acuden al gimnasio de forma regular en España. La alimentación se cuida al detalle, los entrenamientos se optimizan para evitar lesiones y la salud se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de la sociedad. Sin embargo, mientras se vigilan las calorías y se ajustan los macronutrientes, un estudio de FitRated afirma que una mancuerna puede albergar hasta 362 veces más bacterias que el asiento de un inodoro, más de un millón de gérmenes por centímetro cuadrado.
Los usuarios cogen pesas, usan las máquinas y luego se frotan la frente, se ajustan la ropa o incluso beben agua. Sin ser conscientes, trasladan microorganismos de un equipo a otro, favoreciendo la propagación de virus, como los respiratorios, presentes en un 63% del equipo deportivo según el International Journal of Environmental Research and Public Health , o bacterias, como la Staphylococcus aureus, culpable de infecciones en la piel y neumonía, que se encuentra en un 73,8% de las superficies.
Pero no solo la salud de los usuarios está en juego. La falta de higiene también afecta a los equipamientos deportivos, acelerando su deterioro y reduciendo su vida útil. El sudor, los restos de piel y las bacterias pueden corroer materiales, generar malos olores y afectar la experiencia en el gimnasio si no se trata con los productos y procedimientos adecuados.
Pau Fornt, director general de PAPELMATIC, empresa especializada en soluciones de higiene consciente con más de 60 años de experiencia, subraya la importancia de una limpieza profunda y específica en estos espacios:
"No basta con limpiar al final del día. Los gimnasios deben implementar protocolos detallados y adaptados a cada superficie y máquina, utilizando productos específicos, formando al personal e involucrando a los usuarios. Una higiene correcta no solo previene infecciones y protege la salud, sino que además contribuye a mantener el equipo en mejores condiciones, reduciendo gastos innecesarios en reparaciones o sustituciones prematuras. En definitiva, invertir en higiene profesional es invertir en salud, seguridad, ahorro y bienestar". –sn–

