México, país muy peligroso para ejercer el periodismo, 168 asesinatos desde 2001

Por José Víctor Rodríguez | Reportero

Un informe reciente publicado por TResearch.Mx reveló la crudeza del panorama que enfrenta el periodismo en México. Bajo el título La guerra en números, el estudio documentó 168 asesinatos de periodistas desde el año 2001. Los datos fueron respaldados por información de la organización Artículo 19, especializada en defensa de la libertad de expresión.

De acuerdo con el reporte, tan solo en los primeros tres meses de 2025 se registraron tres homicidios vinculados al ejercicio periodístico. Esta cifra confirmó la persistencia de un entorno hostil para la prensa. Pese a los compromisos oficiales, la violencia estructural no cedió terreno.

El análisis expuso que durante los primeros seis meses del sexenio de Claudia Sheinbaum, que inició en octubre de 2024, ya se contabilizaron cuatro asesinatos de periodistas. Esto reflejó la continuidad de una tendencia alarmante heredada de gobiernos anteriores.

Los datos también arrojaron una preocupante concentración geográfica. Veracruz encabezó la lista de los estados más letales, con 31 casos desde 2001. Le siguieron Guerrero, Oaxaca y Chihuahua, con 17, 15 y 15 periodistas asesinados, respectivamente.

Sexenios marcados por sangre y silencio

El informe comparó la violencia contra periodistas por sexenios presidenciales. En primer lugar figuró el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), con 48 homicidios documentados. Un periodo caracterizado por la guerra contra el narcotráfico y la militarización de la seguridad.

Casi a la par, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) concluyó con 47 asesinatos, a pesar de los discursos oficiales sobre respeto a la prensa. Los datos desmintieron cualquier percepción de mejora durante esa administración.

El sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018) también registró 47 homicidios. Las cifras evidenciaron una inercia de violencia que atravesó gobiernos de diferentes signos políticos. Ninguna gestión logró revertir la vulnerabilidad de los periodistas.

En lo que va del nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum, las cifras ya comienzan a equipararse a las de sus antecesores. La ausencia de acciones contundentes se tradujo en agresiones fatales contra comunicadores en múltiples regiones del país.

Género, impunidad y regiones de alto riesgo

El reporte visibilizó una brecha de género en la violencia contra periodistas. De las 168 víctimas registradas en el estudio, 156 eran hombres y 12 mujeres. Aunque en menor número, los casos de mujeres periodistas asesinadas evidenciaron patrones específicos de violencia.

Los estados más peligrosos para ejercer el periodismo coincidieron con entidades donde imperan altos niveles de impunidad. En Veracruz, por ejemplo, múltiples investigaciones se estancaron o carecieron de avances significativos. Las familias de las víctimas siguen sin justicia.

Guerrero y Chihuahua, marcados por conflictos sociales y presencia de grupos armados, también representaron focos rojos. Las condiciones laborales precarias y la falta de protección institucional agravaron el panorama en estos territorios.

El informe subrayó que los crímenes contra periodistas rara vez derivaron en sentencias condenatorias. La impunidad estructural permitió que los agresores actuaran con libertad, perpetuando el ciclo de violencia y silenciamiento.

El periodismo bajo asedio, el país en deuda

México continuó figurando entre los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. A pesar de la presión internacional, las cifras no disminuyeron. Por el contrario, la sistematicidad de los ataques consolidó una amenaza permanente para la libertad de expresión.

TResearch.Mx urgió al gobierno federal y a las administraciones estatales a reforzar mecanismos de protección. Las agresiones no se limitaron a homicidios; también incluyeron amenazas, desplazamientos forzados y criminalización del trabajo informativo.

La organización Artículo 19 respaldó ese llamado y exigió medidas estructurales. Señaló que no bastaban pronunciamientos públicos, sino que resultaba imprescindible garantizar recursos, seguridad y justicia para quienes ejercen el periodismo.

El informe concluyó con una advertencia contundente: si no se detiene la violencia contra la prensa, se comprometerá la calidad democrática del país. La información libre, plural y crítica constituye un pilar esencial en cualquier sociedad democrática. –sn–