La jefa del Ejecutivo mexicano informó que no viajará al Vaticano para el sepelio del pontífice; acudirá en su lugar la secretaria de Gobernación
Por Paola Ramírez | Reportera
La presidente Claudia Sheinbaum Pardo anunció que no acudirá personalmente al funeral del papa Francisco, programado para el próximo 26 de abril en el Vaticano.
La mandataria explicó que su gobierno enviará a una representante para participar en la ceremonia fúnebre, sin ofrecer detalles sobre las razones de su ausencia.
“Vamos a enviar a Rosa Icela Rodríguez como representante del gobierno de México, creo que es de este fin de semana a otro, el 26, va a ir la secretaria de Gobernación en nuestra representación”, informó.
El anuncio se realizó frente a medios de comunicación, sin mayor contexto sobre la agenda de Sheinbaum Pardo o motivos personales que le impidieran acudir.
El Vaticano se prepara
El funeral del sumo pontífice ha convocado a líderes de Estado, figuras religiosas y representantes diplomáticos de distintas partes del mundo.
La Santa Sede confirmó que se rendirán honores solemnes al papa Francisco, cuya muerte ha generado múltiples expresiones de duelo a nivel global.
México, país de mayoría católica, figura entre las naciones que han expresado su pesar por el fallecimiento del jefe del Estado Vaticano.
En ese contexto, la representación del gobierno mexicano en el acto fúnebre adquiere relevancia diplomática y simbólica.
Rosa Icela Rodríguez representará al gobierno
Con experiencia en seguridad pública y asuntos internos, Rosa Icela Rodríguez viajará a Roma para representar al Ejecutivo federal.
La actual secretaria de Gobernación ha sido figura clave en la administración federal, particularmente en temas de gobernabilidad y diálogo político.
Hasta el momento, no se ha confirmado si Rodríguez sostendrá reuniones con otras delegaciones diplomáticas durante su estancia en Italia.
El protocolo que seguirá México en el funeral dependerá de las disposiciones de la Santa Sede y de la agenda internacional prevista.
Reacciones tras la decisión
El anuncio generó diversas reacciones en redes sociales, donde usuarios lamentaron la ausencia de la presidente en un evento de alcance internacional.
Algunos sectores interpretaron la decisión como una señal de priorización de la agenda interna del país frente a asuntos internacionales.
Otros usuarios expresaron respaldo a la designación de Rodríguez, al considerarla una figura con perfil institucional adecuado para representar al país.
Las reacciones reflejaron tanto afecto hacia el papa Francisco, como expectativa sobre la postura del gobierno mexicano ante el Vaticano.
Un vínculo histórico
El gobierno de México ha mantenido relaciones estables con el Estado Vaticano durante las últimas décadas, sin conflictos relevantes.
El papa Francisco, en vida, realizó visitas oficiales al país, donde fue recibido por multitudes en distintos estados de la República.
Durante su papado, mantuvo contacto con líderes políticos mexicanos y abordó temas como migración, pobreza y violencia.
Su muerte representa un momento significativo para millones de católicos mexicanos, quienes han manifestado su luto en templos y plazas.
El simbolismo del funeral
La asistencia de Rosa Icela Rodríguez no solo implica un gesto institucional, sino también una acción de respeto hacia la comunidad católica.
Expertos en relaciones exteriores señalaron que la representación de alto nivel contribuye a fortalecer los lazos diplomáticos con la Santa Sede.
La Secretaría de Relaciones Exteriores, encabezada por Alicia Bárcena, no ha emitido un posicionamiento oficial al respecto.
Se prevé que la cancillería brinde acompañamiento logístico a la delegación mexicana durante su viaje a Europa.
Un funeral que reunirá a líderes
El Vaticano anunció la participación confirmada de jefes de Estado, primeros ministros y dignatarios de distintas religiones.
Se espera que la ceremonia sea seguida por millones de fieles a través de medios de comunicación y plataformas digitales.
El evento también podría marcar el inicio de un proceso sucesorio en la Santa Sede, de acuerdo con los protocolos eclesiásticos.
México estará presente en el acto, aunque no con su máxima representante política, lo que fue interpretado como una decisión estratégica. –sn–

