Carlos Orvañanos apoya a desarrolladores pese a tala masiva de árboles en Cuajimalpa.
Por Fausto Hernández | Reportero
En la alcaldía Cuajimalpa, el nuevo gobierno de Carlos Orvañanos fortaleció vínculos con empresarios del sector inmobiliario. Pese a los cientos de árboles talados, el alcalde reiteró su intención de impulsar nuevos proyectos. Las declaraciones ocurrieron durante reuniones con representantes de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI).
En una entrevista reciente, Orvañanos expresó que busca inversiones que beneficien tanto a empresarios como a comunidades vulnerables. Aseguró que su objetivo es consolidar una alcaldía ordenada, solidaria e inclusiva. Añadió que el desarrollo inmobiliario debe generar oportunidades reales para todos los sectores sociales.
La ADI agrupa a algunas de las principales firmas inmobiliarias que operan en la Ciudad de México. Entre ellas figura Grupo Lar, señalada por irregularidades en obras realizadas en la alcaldía Miguel Hidalgo.
En 2017, vecinos de la zona denunciaron fallas estructurales en el complejo Polarea, ubicado en Lago Zúrich 243. El proyecto fue promovido por Grupo Lar, empresa que hoy forma parte del conglomerado que se relaciona con el gobierno de Cuajimalpa.
Empresas bajo la lupa
Además de Grupo Lar, otras firmas vinculadas a la ADI son Grupo Copri y Fibra Danhos. Ambas aparecieron en investigaciones relacionadas con el llamado Cártel Inmobiliario. Autoridades capitalinas analizaron sus vínculos con permisos irregulares.
Durante la administración de Miguel Ángel Mancera (2012-2018), estas compañías recibieron autorizaciones para edificar inmuebles de hasta 44 niveles. Los señalamientos motivaron indagatorias sobre presuntos actos de corrupción y tráfico de influencias.
En contraste, el gobierno actual de Orvañanos mantiene una narrativa de cooperación con dichos grupos empresariales. El discurso oficial argumenta que la inversión privada puede traer beneficios sociales. Sin embargo, sectores ciudadanos temen una continuidad del modelo depredador.
El Frente de Pueblos Originarios advirtió en enero que Cuajimalpa lidera la pérdida de áreas verdes. En los últimos cinco años, esta demarcación capitalina ha perdido 619 árboles en al menos ocho desarrollos.
Alarma por depredación ambiental
Los proyectos inmobiliarios que originaron la tala han sido señalados por ambientalistas y vecinos. Varias denuncias acusan omisiones y falta de consultas comunitarias. También revelaron inconsistencias en los estudios de impacto ambiental.
Las autoridades capitalinas no han revertido licencias en esos casos, aunque admitieron que los permisos se otorgaron en administraciones anteriores. No obstante, el avance de nuevas construcciones continúa en la zona poniente de la ciudad.
El Frente de Pueblos Originarios reiteró que los gobiernos locales favorecen intereses empresariales. Indicó que las decisiones de Carlos Orvañanos confirman esa tendencia. Cuestionaron que se priorice la urbanización en zonas de valor ecológico.
Ante los cuestionamientos, el alcalde defendió su estrategia de desarrollo. Reiteró que su administración buscará generar empleo y fortalecer el tejido social mediante la inversión inmobiliaria.
Crecimiento sin equilibrio
Los habitantes de Cuajimalpa han solicitado mesas de diálogo para discutir el crecimiento urbano. Algunas comunidades exigieron transparencia en las alianzas entre el gobierno y la ADI. Afirmaron que los proyectos afectan mantos acuíferos, fauna y flora locales.
Organizaciones civiles entregaron documentos al Congreso de la Ciudad de México para frenar las edificaciones en zonas forestales. Pidieron declarar como protegidas áreas actualmente en disputa.
Las peticiones aún no han sido atendidas por el órgano legislativo. Tampoco se ha convocado a audiencias públicas sobre los nuevos proyectos que promueve el gobierno de Orvañanos.
En redes sociales, vecinos compartieron imágenes de talas recientes, las cuales atribuyen a desarrollos iniciados desde junio. Las publicaciones acumularon miles de interacciones y llamados a movilizaciones ciudadanas.
Incertidumbre social
El contexto generó un ambiente de incertidumbre en comunidades colindantes a los bosques. Los habitantes temen que el paisaje natural desaparezca en pocos años si continúan las construcciones.
Vecinos de El Ébano, La Pila y Contadero convocaron asambleas para coordinar una defensa jurídica del territorio. Indicaron que buscarán apoyo en organismos internacionales.
Algunas organizaciones ya elaboran informes sobre la situación ecológica en la alcaldía. Documentaron casos concretos de devastación provocada por constructoras que operan bajo protección gubernamental.
Hasta el momento, Carlos Orvañanos no ha anunciado cambios en su plan de desarrollo. Tampoco ha respondido de forma directa a las críticas de ambientalistas y vecinos organizados. –sn–

