Con una propuesta inmersiva, la pieza invita a redescubrir el cuerpo desde lo visceral, lo sonoro y lo lúdico.
Por Adriana López | Reportera
Entre penumbras, texturas plásticas y sonidos guturales, un universo coreográfico fuera de lo convencional se expande en el Pabellón del Jardín Escénico con la instalación- performance Cuerpo no cuerpo , de los artistas Jésica Elizondo y Manuel Estrella. Es un laboratorio sensorial que se desplaza de afuera hacia adentro, del silencio al estruendo, de la contemplación a la participación.
La propuesta, parte del Programa de Danza Expandida y Performance de la Coordinación Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), inició su primera presentación –la noche del 16 de mayo de 2025– fuera del recinto. Entre sonidos electrónicos, generados en vivo por Elizondo y movimientos orgánicos de Estrella, se llevaron a las y los presentes a una experiencia en la que la racionalidad quedaba suspendida.
«Nos gusta trabajar con lo visceral, con la intuición, con lo lúdico. Todo surge del diálogo entre Jésica, yo y el espacio», compartió Manuel Estrella, artista sonoro y cocreador de la pieza, al finalizar la función.
Una vez dentro, la oscuridad del pabellón envolvió a las y los espectadores. Los intérpretes manipularon lámparas y rollos de cristal de humo para proyectar sombras móviles y figuras que flotaban entre los cuerpos.
Al principio reinó el silencio, roto por una secuencia de sonidos abstractos, que envolvieron el espacio, las luces revelaron, ocultaron y sugirieron. La interacción no tardó: las y los asistentes fueron invitados a tocar, mover y moldear las tiras plásticas, para crear en conjunto con los intérpretes. –sn–

