En víspera del domingo 1º junio, día en que se llevará a cabo la elección popular de los nuevos integrantes del poder Judicial…
Por Hilda Teresita Bautista Villegas
En víspera del domingo 1º junio, día en que se llevará a cabo la elección popular de los nuevos integrantes del poder Judicial, quiero hacer, para que el procedimiento de votación se comprenda más fácil, algunas consideraciones que estoy segura que les pueden animar a completar las boletas con asertividad y consciencia tranquila.
Mucha gente habla de los famosos acordeones, yo los conocí por un querido amigo. Incluso ya hay quien mandó a imprimir los suyos para difundirlos.
Por mi parte también confío en los acordeones, pero confío en los que yo misma preparé a partir de ingresar en la página oficial del INE para realizar la práctica de votación que ahí se presenta. ¡Les recomiendo sobremanera que también la realicen ustedes!
Son seis hojas y cada una con infinidad de nombres y cargos. Por mi parte no estoy a favor de personas específicas o de los nombres particulares, francamente no conozco a ninguno de ellos.
Mi criterio para votar es seguir apoyando el movimiento en el que creo y confío y que por supuesto es para la continuidad del gobierno humanista de la 4ª transformación.
De esos acordeones que tanto se habla, basta emular la idea abstracta que consiste en realizar el procedimiento más simple del mundo. Habiendo llenado las boletas en la página del INE, les tomé fotografía a cada una y yo ya traigo conmigo, en el celular, los acordeones que yo misma elaboré.
Como ven, esa idea de anotar nombres en una lista es funcional y se puede ver desde muchos puntos de vista.

En lo particular, no utilizaría los acordeones de mi primo y mucho menos los de la vecina.
Por cuestiones de ubicación territorial también es preferible hacer los propios.
Tampoco soy experta evaluadora o analista de currículums como para descifrar el historial detallado que el INE nos ofrece al interior de su página para seleccionar con base en esa información a mis propios candidatos.
Considero que pocas personas están realmente capacitadas para saber distinguir las piedras preciosas dentro de la enorme gama de joyas que reúne el enorme listado de candidatos.
Se preguntarán ¿cómo fue entonces que pude elaborar mi elección de candidatos?
Los elegí democráticamente, con base a la “confianza que le tengo al poder Ejecutivo”, ya que esta confianza es la que me otorga el respaldo seguro para acertar de acuerdo a mis convicciones y expectativas.
Para simplificar este complejo proceso y poder participar, todos debemos depositar nuestra confianza en las personas con las que simpatizamos.
Doy por hecho que ustedes, como yo, “confían en el poder que confían” porque están convencidos de que el criterio de ese “poder”, responde a sus convicciones personales y expectativas. Si es así, pues hagan como yo y elijan a los candidatos propuestos por el Poder en el que ustedes creen. PJ: Poder Judicial, PL: Poder Legislativo, EF: en Funciones: PE: Poder Ejecutivo.
Sigan las instrucciones de cada boleta haciendo que el color de fondo de las siglas del poder de su confianza, el color de la casilla donde se indica el cargo para el cual se compite, así como el color de la casilla donde se escribirá el número correspondiente a su candidato, coincidan entre sí.
Insisto, el recuadro con las iniciales del poder en el que ustedes confían, el rectángulo que indica el cargo en disputa, y la casilla donde colocaremos el número que corresponde a nuestro candidato, los tres han de ser del mismo color.
Este método de selección es democrático, libremente asumido e infalible. Lo recomiendo a quienes no conocen a fondo la trayectoria y currículum de los que aparecen en la lista, para evitar confusiones.
Otro ejemplo, si de pronto hay una o dos secciones donde ningún candidato ha sido propuesto por el poder en el que te respaldas, elige otro por no dejar el espacio vacío, no hay que asustarse, simplemente queremos ver constructivamente, lo que acontece en nuestro México.
Además, esta es la receta infalible para que tus elegidos no te decepcionen.
Soy una simple ciudadana y, desde mi trinchera, comparto con ustedes, modestamente, mi punto de vista y es que no tengo la intención de cuestionar la calidad de personas que han sido sugeridas por el poder en el que creo y confío, que es el poder Ejecutivo.
Igualmente te invito a confiar tu decisión en la propuesta del poder en el que crees. Esto para no negarte a participar en este movimiento trascendental del cual, por derecho de nacimiento, ya formas parte, consciente o inconscientemente.
Y, ¡sí! La actitud importa mucho, así que es mejor que no seamos negligentes.
Todo cuenta, así vayamos o no, todo cuenta en nuestro historial personal, ese que se guarda en el subconsciente, cuando se revisa la trayectoria personal para decidir cuán valientes y cuánta confianza hemos desplegado en contribuir a la construcción de aquello que nos atañe tan directamente, como es el futuro que regirá la impartición de justicia en nuestro país.
Nuestra participación, con actitud despierta, nos reserva el “distinguido derecho” a ser electores y a su vez, frenar el avance de los que aman manipular y tergiversar resultados.
Columna anterior: Aprender de Noruega tanto como de China
• Escritora independiente. Apasionada de temas políticos, sociales y espirituales. Estudiosa de la salud holística y de la física cuántica, desarrollo personal, psicología e historia. Poeta, compositora de canciones y creadora de recetas de cocina, ¡deliciosas!


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