La presa Los Cuartos, en Naucalpan, preocupó a vecinos y autoridades por riesgo de desbordamiento.

Por Mireya Estrada | Corresponsal

El gobierno municipal de Naucalpan implementa operativos para reducir el riesgo, pero el peligro no desapareció. El temor creció entre residentes de colonias aledañas, quienes observaron el alza del nivel del agua. El embalse se llenó más de lo previsto en días pasados, según reportes oficiales de Protección Civil.

Una vecina de la zona, Laura Hernández, indicó que su casa ya sufrió daños menores por humedad. Expresó su preocupación ante la posibilidad de una inundación mayor si las lluvias continúan. Dijo que su familia no recibió notificaciones previas sobre acciones preventivas del municipio.

Las lluvias recientes superaron la capacidad de absorción del terreno en varias zonas de Naucalpan. Las corrientes pluviales arrastraron residuos, tierra y objetos hacia el canal de desfogue de la presa. La acumulación afectó la velocidad de salida del agua y elevó la presión interna del embalse.

Basura, uno de los factores

La presa acumuló residuos sólidos que bloquearon parcialmente su canal de desfogue profundo. Las autoridades extrajeron más de 10 toneladas de basura durante las jornadas de limpieza. La acumulación de residuos dificultó la descarga natural del agua hacia cauces secundarios.

Esto elevó la preocupación entre habitantes, quienes recordaron inundaciones ocurridas en 2021. El agua superó el nivel de seguridad establecido en los protocolos de Protección Civil local. Las barreras de contención construidas en años anteriores no resistirían un desbordamiento.

Personal técnico del municipio identificó fallas en válvulas y compuertas del sistema hidráulico. Algunas piezas presentaron corrosión y desgaste por falta de mantenimiento continuo. El área de Obras Públicas solicitó refacciones urgentes para garantizar el control del caudal.

Campamento de protección civil

Se instaló un puesto de vigilancia permanente con personal de Protección Civil en la zona. Los elementos monitorearon el embalse las 24 horas y realizaron trabajos de desazolve constantes. La estrategia buscó contener el nivel del agua y responder rápidamente ante cualquier emergencia.

Vecinos pidieron mayor coordinación entre el municipio y el gobierno del Estado de México. Señalaron que no todos los fraccionamientos recibieron alertas tempranas por parte de las autoridades. Algunos denunciaron falta de altavoces, alarmas y rutas de evacuación visibles en sus colonias.

Los residentes más cercanos a la presa dijeron vivir con ansiedad en cada jornada de lluvias. Al menos 36 familias ubicadas en la zona baja de la presa solicitaron reubicación temporal. Indicaron que el temor por posibles pérdidas materiales y de vidas los mantiene en alerta constante.

Habitantes viven con miedo

Algunas familias levantaron bordos improvisados en sus patios para proteger sus viviendas. Usaron costales con arena y láminas para impedir el ingreso del agua en caso de desborde. También organizaron rondines vecinales para informar sobre cualquier cambio repentino en el nivel del agua.

El acceso principal a la presa fue restringido parcialmente por seguridad durante esta contingencia. Autoridades locales acordonaron caminos rurales y áreas boscosas cercanas al embalse. Policías municipales supervisaron el perímetro e impidieron el paso a personas ajenas a los trabajos.

Niños y adultos mayores recibieron instrucciones específicas en caso de evacuación. Se entregaron volantes con números de emergencia y puntos de resguardo temporales. Protección Civil municipal pidió no acercarse a las orillas del embalse ni circular por zonas inundables. –sn–