RSF advierte violencia y precariedad mediática.

Por Gabriela Díaz | Reportera                                                       

México cayó tres lugares en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2025, elaborado por Reporteros Sin Fronteras (RSF). El informe señaló como causas principales la violencia letal contra periodistas y la fragilidad económica del ecosistema mediático.

El país ocupó el lugar 124 entre 180 naciones evaluadas, al registrar condiciones más adversas para el ejercicio del periodismo. De acuerdo con RSF, este descenso refleja tanto los riesgos físicos como las amenazas estructurales que enfrentan los medios.

El informe, publicado el 2 de mayo, advirtió que México continúa con uno de los peores registros globales de asesinatos de periodistas. Sin embargo, este año la precarización financiera fue el factor que más influyó en su retroceso.

Entorno económico adverso

Según el documento, si el índice considerara únicamente la seguridad, México se ubicaría en la posición 155. La alta cantidad de periodistas asesinados, desaparecidos o amenazados continúa como un factor determinante.

Artur Romeu, director de RSF para América Latina, explicó que existe una percepción generalizada de debilitamiento de los medios en el país. Este fenómeno impactó negativamente en su calificación.

Romeu puntualizó que la crisis financiera, aunque menos visible que la violencia física, representa un peligro igual de grave. Dijo que los medios enfrentan presiones para reproducir boletines oficiales o ceder ante intereses políticos.

La dependencia de ingresos provenientes de publicidad oficial ha limitado la independencia editorial de muchos medios. El colapso del modelo tradicional ha dejado sin fuentes sostenibles de financiamiento al periodismo crítico.

Colapso del modelo tradicional

El informe alertó que esta problemática no se limita a México, ya que 22 de los 28 países de América Latina mostraron retrocesos similares. La publicidad ha migrado a plataformas globales como Google y Meta.

Los medios enfrentan una disyuntiva: mantener su independencia o sobrevivir mediante contenidos patrocinados o alineados con intereses externos. La calidad informativa se ha deteriorado en este proceso.

RSF identificó una tendencia de autocensura como mecanismo de supervivencia en redacciones locales. El periodismo independiente ha quedado arrinconado frente a presiones económicas y amenazas directas.

En este contexto, la función de informar libremente se ha visto restringida, mientras aumentan las condiciones de riesgo para periodistas. La cobertura crítica ha disminuido en regiones controladas por intereses políticos o criminales.

Retrocesos regionales

El documento también subrayó casos extremos como el de Nicaragua, que cayó al puesto 172. La mayoría del periodismo independiente en ese país opera desde el exilio.

Venezuela (160°) mantiene políticas de persecución y censura, según la organización. Perú (130°) y El Salvador (135°) continuaron con retrocesos impulsados por restricciones judiciales y campañas de estigmatización.

Por el contrario, Brasil subió 47 lugares desde 2022, tras el fin del gobierno de Jair Bolsonaro. Se reportaron mejoras en condiciones económicas y mayor seguridad para periodistas.

Bolivia (93°) y Ecuador (94°) también avanzaron en el índice, aunque RSF advirtió que persisten contextos polarizados y riesgos latentes. Aun así, se reconocieron ciertos avances estructurales.

Influencias globales

El informe también hizo referencia al retroceso en Estados Unidos, que ahora se ubica en el lugar 57. La cancelación de apoyos públicos a medios como Voice of America fue un factor clave.

Dicho recorte ocurrió durante la administración de Donald Trump, afectando a cientos de medios que dependían del financiamiento de la USAID. Esta medida debilitó el ecosistema mediático global.

Por primera vez, RSF calificó la situación global de la prensa como “difícil”. Más de la mitad de la población mundial vive en países donde el periodismo libre casi ha desaparecido.

El promedio mundial del índice cayó por debajo de los 55 puntos. En total, 138 países registraron niveles preocupantes de represión, censura o autocensura estructural.

Crisis global, efectos locales

“La libertad de prensa está en crisis, y México enfrenta el doble desafío de la violencia y la precariedad económica”, concluyó Artur Romeu.

El informe advirtió que estas condiciones no solo restringen el trabajo periodístico, sino también el derecho de la población a recibir información veraz.

RSF reiteró su llamado a garantizar entornos seguros y financieramente viables para el ejercicio del periodismo. Exigió frenar la violencia y asegurar la pluralidad informativa.

El organismo recordó que la libertad de prensa es pilar fundamental de la democracia. La tendencia regional y global representa un retroceso para los derechos civiles. –sn–

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