A un mes de su triunfo mundial, Camila Zamorano lidia con la fama y su futuro. La joven boxeadora aún cursa sus estudios y planea una defensa.

Por Eric Gómez | Reportero                                      

Con solo 17 años y cinco meses, Camila Zamorano se convirtió en la campeona mundial más joven en la historia del boxeo profesional, tanto varonil como femenil. Tras su victoria, la pugilista mexicana intenta comprender el alcance de su logro, aún sin alcanzar la mayoría de edad.

Oriunda de Hermosillo, Sonora, Zamorano continúa su formación académica mientras entrena para mantenerse en la élite. Proveniente de un estado que ha dado 12 campeones mundiales, asume con madurez el peso de las expectativas que hoy recaen sobre ella.

Enfrentar los reflectores se volvió parte de su vida diaria, al igual que recibir mensajes de niñas que la ven como modelo a seguir. “Desde esa pelea con Mika Iwakawa, me reconocen en la calle y en redes me dicen que soy su inspiración”, narró.

Con una marca invicta de 12 combates, la joven peleadora se ha mostrado lista para defender su cinturón interino y enfrentar a cualquier rival que se le presente.

Campeona invicta
A sus 17 años, cinco meses y 16 días, La Magnífica rompió el récord de Wilfredo Benítez, quien lo ostentaba como el campeón mundial más joven. La pugilista mexicana superó esa marca por una semana.

Aunque confesó que en su infancia prefería el futbol, nunca contempló dedicarse a él. Su ascenso en el pugilismo ha sido veloz. Como campeona interina en peso átomo, sabe que no podrá sostener ese peso por mucho tiempo.

Sin embargo, confía en una primera defensa exitosa que podría realizarse en octubre próximo. “Lo único claro es que estudiaré en la Universidad de Sonora. Aún no sé qué carrera, pero tomaré clases de inglés”, compartió.

Zamorano desea aprovechar el idioma para competir en el extranjero y prepararse para nuevos retos dentro del boxeo profesional.

Ídolos del ring
El apodo de La Magnífica fue sugerido por un amigo de su padre, con quien también entrena. Entre sus figuras a seguir se encuentran Julio César Chávez, Juan Francisco “Gallo” Estrada y Jackie Nava.

Todos ellos, exmonarcas del boxeo mexicano, representan para la joven peleadora los modelos de perseverancia y disciplina. Su admiración no solo es técnica, también simbólica.

Pese a portar el cinturón interino, la división átomo tiene como campeona absoluta a la alemana Christina Rupprecht, quien en abril se consolidó como la indiscutida en esa categoría.

La escena actual del peso átomo incluye a tres mexicanas entre las mejores 10 del mundo, según el Consejo Mundial de Boxeo.

Panorama competitivo
La veracruzana Esneidy Rodríguez, actual campeona mundial plata por el CMB, se ubica en la quinta posición mundial y este fin de semana defenderá su cinturón ante la tailandesa Wisuta Sririttidet.

En tanto, Monserrat Calderón, también mexicana, aparece en el séptimo lugar del ranking global de dicha división. La pugilista sonorense se prepara para integrarse a esta élite.

A sus 17 años, Zamorano ha logrado lo que muchos solo sueñan. Pero su meta va más allá del cinturón: aspira a consolidar una carrera larga, con múltiples defensas y combates internacionales.

De momento, se concentra en su próximo duelo de octubre, aún con rival por definir, pero con la mentalidad de seguir sumando triunfos para México.

Camila Zamorano ha demostrado que la juventud no es obstáculo para alcanzar la gloria y que la disciplina puede vencer cualquier reto, dentro y fuera del cuadrilátero. –sn–

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