Padres enfrentan inflación y deudas. Preocupación financiera crece. Impacto en pequeños comercios.
Por Deyanira Vázquez | Reportera
El regreso a clases se ha convertido en una de las etapas más estresantes para las familias mexicanas, no solo por los cambios de rutina, sino también por la presión financiera que representa. De acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), en 2024 el gasto promedio por alumno osciló entre cinco mil 500 y siete mil pesos, únicamente en útiles, uniformes y materiales escolares.
A ese gasto inicial se sumaron los desembolsos realizados durante las vacaciones de verano, cuando muchas familias decidieron viajar o convivir, en ocasiones sin una planeación financiera adecuada. Algunos hogares utilizaron recursos previamente destinados para el inicio del ciclo escolar, pago de rentas, despensas o servicios básicos.
Datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) revelaron que las listas de útiles escolares en instituciones públicas costaron entre mil 500 y tres mil pesos por estudiante, según el nivel educativo. A la par, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó una inflación interanual del 5.24 por ciento en educación durante agosto de 2024, con incrementos del 6.85 por ciento en colegiaturas.
Preocupación financiera crece
La combinación de gastos generó un panorama preocupante para muchas familias, al enfrentar deudas que se prolongan más allá del inicio de clases. El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró en julio de 2025 una inflación general anual del 3.55 por ciento. Aunque más baja que en años anteriores, continuó impactando el poder adquisitivo.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) colocó los gastos escolares como la tercera principal preocupación financiera de la población mexicana, después de la alimentación y el pago de servicios.
El fenómeno no solo golpeó a los hogares con varios hijos, sino también a aquellos con un solo estudiante. Las diferencias entre escuelas públicas y privadas aumentaron la disparidad, ya que los costos en estas últimas se elevaron con la inflación, afectando presupuestos ya limitados.
Estrategias y endeudamiento
Algunas familias optaron por buscar créditos o usar tarjetas de crédito para cubrir el regreso a clases, lo cual podría desencadenar problemas financieros a largo plazo. La falta de educación financiera en muchos casos condujo a decisiones impulsivas que complicaron aún más la situación.
Otros hogares priorizaron el cumplimiento de las listas escolares, dejando de lado otros compromisos económicos como servicios médicos, mantenimiento del hogar o transporte. Esto reflejó un cambio de prioridades derivado de la presión institucional por cumplir con los requerimientos educativos.
Impacto en pequeños comercios
Por otro lado, la ANPEC informó que los pequeños comercios fueron un punto clave en la adquisición de útiles, aunque también sufrieron una baja en ventas respecto a otros años, debido a la migración de consumidores hacia tiendas de autoservicio que ofrecieron promociones más agresivas.
Comerciantes entrevistados mencionaron que los paquetes escolares armados por grandes cadenas atrajeron a padres que buscaban ahorrar tiempo y dinero. Esta tendencia afectó directamente a papelerías de barrio que antes eran esenciales en el inicio del ciclo escolar.
Crisis recurrente
Especialistas en economía familiar coincidieron en que agosto es uno de los meses más críticos para las finanzas del hogar. Esta situación se repite año con año, sin que existan programas oficiales de apoyo directo que amortigüen estos gastos.
En ese contexto, algunos estados impulsaron ferias escolares y donaciones de materiales, aunque no alcanzaron a cubrir la totalidad de la demanda. La percepción general es que el problema se ha normalizado, y su impacto se diluye en el discurso público.
Llamado a la prevención
Expertos en educación financiera propusieron comenzar a planear desde el primer trimestre del año para evitar caer en deudas. También sugirieron fomentar el ahorro escolar en familias con hijos en edad básica y media superior.
Por su parte, la CONDUSEF promovió el uso responsable del crédito y la comparación de precios como medidas preventivas. Además, llamó a los consumidores a evitar compras compulsivas e informarse sobre sus derechos frente a instituciones educativas.
Iniciativas pendientes
A nivel legislativo, organizaciones civiles urgieron al Congreso a discutir reformas que faciliten la deducción de gastos escolares básicos en la declaración anual de impuestos. De esta forma, plantearon que las familias tendrían un alivio económico al cierre de cada ejercicio fiscal.
Sin embargo, hasta el momento no existe una propuesta formal en la agenda parlamentaria. Representantes de la sociedad civil calificaron como urgente que el gobierno federal implemente políticas que prevengan el sobreendeudamiento escolar. –sn–


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