Protesta de jubilados en Puerto. ChiapasImpacto en estaciones y ventas. Consecuencias económicas y sociales.
Por Mauro López | Corresponsal
El reciente desabasto de gasolina en gran parte de la Costa y Soconusco de Chiapas obedeció a un conflicto entre Petróleos Mexicanos (Pemex) y arrendadores de pipas. La situación generó pérdidas económicas en estaciones de servicio y transportistas de la región. Empresarios reportaron que este lunes las estaciones afectadas dejaron de percibir entre 250 mil y 600 mil pesos.
Algunas gasolineras vendieron en un solo día lo que normalmente despachaban en un mes, debido a que otras no operaron por falta de combustible. En contraste, estaciones con alta rotación se quedaron sin reservas al aumentar la demanda y no recibir nuevas entregas.
En la ciudad fronteriza con Guatemala, algunas estaciones que expendían más de 14 mil litros diarios cerraron al agotarse su inventario. Esta medida afectó la movilidad y generó incertidumbre entre los consumidores que enfrentaron largas filas.
Impacto en estaciones y ventas
Las estaciones con menor volumen de ventas y reservas almacenadas lograron permanecer abiertas durante el desabasto. Esto les permitió captar la clientela de competidores cerrados y obtener ingresos extraordinarios.
Más de la mitad de las 100 gasolineras de la ciudad cerraron temporalmente, mientras que el resto se mantuvo operando con inventarios previos. El cierre provocó afectaciones directas a usuarios que debieron recorrer mayores distancias para abastecerse.
El sector laboral también resultó afectado, ya que empleados de estaciones cerradas no pudieron trabajar y dejaron de recibir 300 pesos diarios. La interrupción de actividades repercutió en su economía familiar.
Protesta de jubilados en Puerto Chiapas
El desabasto de combustibles en la frontera sur también estuvo vinculado a la falta de pagos a piperos proveedores de Pemex. La situación se agravó por un bloqueo de jubilados en la terminal de la paraestatal en Puerto Chiapas.
Los manifestantes denunciaron deficiencias en el sistema de salud de Pemex y exigieron atención médica y suministro de medicamentos. En la región se reportaron estaciones cerradas, racionamiento a 20 litros por vehículo y largas filas para cargar gasolina.
Según testimonios, el grupo inconforme estuvo integrado por 425 jubilados y más de 180 familias afectadas. Acusaron a la empresa de incumplir derechos adquiridos y abandonar compromisos con extrabajadores.
Los participantes en la protesta señalaron que dedicaron décadas de servicio a la compañía y que no recibieron el respaldo prometido. Advirtieron que, de no obtener respuesta, iniciarían un paro indefinido a partir del jueves.
Reclamos sin respuesta
El pasado lunes, los jubilados entregaron un oficio a autoridades de Pemex solicitando una solución inmediata a la falta de servicios médicos. La petición incluyó el restablecimiento de consultas y el abasto de medicamentos en la región.
A una semana de haber realizado la gestión, no obtuvieron respuesta oficial. La ausencia de comunicación motivó la protesta frente a las instalaciones de la empresa.
Mientras tanto, la interrupción en la distribución de combustible continuó afectando a la población y a sectores productivos. Transportistas y empresarios advirtieron que, de prolongarse, el problema generaría daños económicos mayores.
En la zona fronteriza, el abasto de combustible se redujo a entregas esporádicas y racionadas. Esto derivó en un mercado presionado, con estaciones limitando el servicio y usuarios formando filas desde la madrugada.
Consecuencias económicas y sociales
Los empresarios gasolineros estimaron que las pérdidas acumuladas podrían superar varios millones de pesos en pocos días. Indicaron que el cierre de estaciones disminuyó la oferta y elevó la presión sobre el transporte público y de carga.
Transportistas advirtieron que, si la situación no se resolvía, el costo de fletes y pasajes aumentaría por el impacto en el suministro. La incertidumbre creció ante la falta de un plan de distribución alterno.
Hasta la noche de este martes, el conflicto continuó sin un acuerdo visible entre Pemex y los arrendadores de pipas. La negociación quedó pendiente, mientras la protesta de jubilados mantenía paralizada parte de la operación en Puerto Chiapas.
Los habitantes de la región señalaron que la falta de combustible afectó sus actividades diarias y su capacidad de traslado. La presión social aumentó con el paso de las horas y sin una solución a corto plazo.
La expectativa de una posible normalización del servicio dependió de que Pemex atendiera las demandas de ambos frentes: los proveedores de pipas y los jubilados. De lo contrario, las afectaciones económicas y sociales continuarían expandiéndose en el sur del país. –sn–


¡Conéctate con Sociedad Noticias! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en las redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.
También, te invitamos a que te sumes a nuestro canal de información en tiempo real a través de Telegram.

