El uso correcto de premios favorece la educación y el bienestar de las mascotas. Beneficios en el adiestramiento.
Por Deyanira Vázquez | Reportera
Especialistas como Miguel Ángel López explicaron que las mascotas requieren cuidados para mantener salud óptima. Estos incluyen higiene, nutrición, ejercicio físico y mental, además de educación constante desde temprana edad.
Los entrenadores indicaron que una mascota aprende más rápido durante los primeros meses de vida. Enseñar hábitos básicos desde cachorro facilitaba la convivencia y reducía conductas no deseadas a futuro.
El uso de premios resultó clave en el adiestramiento de animales domésticos. Asociar la buena conducta con recompensas permitió reforzar comportamientos positivos de manera efectiva y duradera. La entrega se realizó en periodos cortos de entrenamiento. Las sesiones prolongadas causaron cansancio o pérdida de interés en los animales, afectando el aprendizaje.
Técnicas de refuerzo positivo
Se recomendó utilizar reglas claras sin recurrir a gritos ni castigos físicos. Los expertos advirtieron que confundir afecto con autoridad podía obstaculizar el proceso de enseñanza.
Sustituir los premios por croquetas secas habituales fue posible, siempre reduciendo la ración de comida posterior. Esto evitó el exceso calórico y mantuvo controlado el peso de la mascota.
Los premios se administraron únicamente para reforzar avances. Ofrecerlos sin motivo o de forma excesiva disminuyó su valor y confundió al animal. Nunca se entregaron cuando el animal ladraba, maullaba o realizaba acciones no deseadas. Además, se evitó permitir que los arrebatara de la mano.
Evitar castigos y fomentar seguridad
Expertos señalaron que el castigo generó miedo e inseguridad. En su lugar, la constancia y la paciencia aseguraron mejores resultados a largo plazo. Una vez alcanzada la conducta deseada, se aconsejó reducir gradualmente la frecuencia de premios. Esto consolidó el aprendizaje sin generar dependencia de recompensas.
Los premios facilitaron la administración de medicamentos o suplementos. Su uso en estos casos ayudó a disimular sabores y mejorar la aceptación del tratamiento. También se emplearon para fomentar ejercicio físico y mental, escondiéndolos en dispensadores o juegos de búsqueda activa.
Precauciones en la alimentación
No se recomendó el uso de alimentos humanos como premio. Huesos cocidos provocaron astilladuras o causaron obstrucciones intestinales graves. Los premios se consideraron complemento, nunca sustituto de la alimentación diaria. Su aporte no superó el 10% de la ingesta calórica del animal.
El consumo excesivo de premios favoreció el sobrepeso, relacionado con múltiples problemas de salud. Mantener control estricto fue esencial para prevenir complicaciones. La calidad del alimento principal influyó directamente en la salud y vitalidad de las mascotas.
Nutrición especializada y balanceada
Las mascotas requirieron más de 40 nutrientes esenciales para un estado óptimo. Lograr ese aporte con comida casera resultó complejo y poco fiable. Las dietas comerciales Premium y Super Premium de Estados Unidos ofrecieron fórmulas adaptadas a edad, tamaño, raza y nivel de actividad.
Estas dietas incluyeron prescripciones específicas para problemas de salud diagnosticados. Garantizaron el aporte balanceado de nutrientes y energía diaria. El uso adecuado de premios, junto con alimentación balanceada, reforzó el bienestar y la calidad de vida de las mascotas. –sn–


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