El legislador priista advirtió retrocesos en salud y criticó la estrategia social de Morena.

Por Gabriela Díaz | Reportera                                                       

El diputado federal Rubén Moreira Valdez señaló que mientras Morena presumió una reducción de pobreza, las carencias sociales crecieron, sobre todo en acceso a servicios de salud. Enfatizó que las cifras oficiales no coincidieron con la realidad en los estados.

Durante su progama en redes sociales de «Con Peras, Manzanas y Naranjas», el legislador del PRI afirmó que, en seis años el país no creció, subrayó el líder congresista, al cuestionar los datos que indicaron un aumento de 16 por ciento en los ingresos.

Lo preocupante, advirtió, fue que la fragilidad de las finanzas públicas amenazó la continuidad de los programas sociales. Además, acusó que se eliminaron beneficios en salud, educación y apoyo social, con lo que millones de mexicanos quedaron más vulnerables.

Debate sobre estadísticas oficiales

En el programa, Moreira estuvo acompañado por Miguel Ángel Sulub, Mario Di Costanzo y Francisco Lezama. Los especialistas cuestionaron las cifras difundidas por el INEGI en torno a la pobreza en México.

El coordinador del PRI en la Cámara de Diputados comparó indicadores estatales entre sexenios. «Con Enrique Peña Nieto, Hidalgo tenía 14 por ciento de carencia en salud; con López Obrador aumentó a 43 por ciento», aseguró.

Agregó que en Chiapas la cifra subió de 15 a 63 por ciento y en Puebla pasó de 17 a 47 por ciento. «Hoy casi la mitad de los mexicanos no tiene acceso a servicios médicos», remarcó durante la transmisión en vivo.

El priista precisó que actualmente 44.5 millones de personas no contaron con servicios médicos, mientras que 62.7 millones carecieron de seguridad social. El gasto de bolsillo en salud creció 40 por ciento, alcanzando 6 mil 400 pesos anuales.

Remesas y programas sociales

Según Mario Di Costanzo, el INEGI reportó que 13.5 millones de mexicanos dejaron de ser pobres. Sin embargo, en el mismo periodo 24.5 millones quedaron sin acceso a servicios de salud básicos en todo el país.

Detalló que 62.7 millones de ciudadanos enfrentaron carencia de seguridad social. Explicó que al no estar afiliados ni cotizar en el IMSS, estas personas no salieron de la pobreza pese al aumento de ingresos promedio.

Por su parte, el abogado Miguel Ángel Sulub señaló que el bienestar económico no podía evaluarse únicamente por ingresos. La pobreza incluyó seis carencias sociales: salud, educación, seguridad social, vivienda adecuada, servicios básicos y alimentación.

Enfatizó que aunque el INEGI reconoció 38.5 millones de pobres, sus tablas internas reflejaron que 46 millones vivían por debajo de la línea de pobreza. Subrayó que esas diferencias mostraron inconsistencias metodológicas importantes.

Recortes presupuestales y efectos

A su vez, el analista Francisco Lezama expuso que las entidades federativas dejaron de recibir 2.5 billones de pesos. Esa cifra equivalió a casi 30 por ciento del presupuesto nacional, lo que impactó en salud, educación e infraestructura.

Precisó que 523 programas presupuestarios vigentes entre 2015 y 2018 fueron eliminados bajo el gobierno de Morena. Esos programas ejercían en promedio 3 mil 115 millones de pesos anuales en beneficio de sectores sensibles.

Uno de los ámbitos más golpeados fue el campo, que sufrió recortes de 23 mil millones de pesos cada año. En contraste, un billón de pesos se destinó a proyectos como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el AIFA.

Los panelistas coincidieron en que el supuesto aumento de ingresos no garantizó una mejor calidad de vida. Moreira concluyó que los mexicanos debieron gastar más en servicios básicos antes provistos por el Estado.

Conclusiones del panel

El legislador reiteró que seis de cada diez mexicanos buscaron atención médica en el sector privado. Ese fenómeno evidenció la insuficiencia de los sistemas públicos para atender a la población más vulnerable.

Además, criticó que el gobierno federal utilizara indicadores de ingreso como prueba de éxito social. Según su postura, la realidad mostró retrocesos en salud, seguridad social y condiciones de vida digna.

Los especialistas enfatizaron la necesidad de considerar integralmente las dimensiones de la pobreza. Señalaron que medir solo ingresos omitía factores estructurales que definieron el bienestar de millones de familias mexicanas.

Finalmente, Rubén Moreira planteó que la pregunta central fue: «¿La gente gana más o vive mejor?». Su respuesta fue negativa, porque las familias destinaron sus ingresos a cubrir servicios esenciales que antes garantizaba el Estado. –sn–

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