IPN participa en misión estratosférica con NASA

El IPN colaboró con la NASA en una misión científica y probó microalgas para alimentación espacial.


Por Martín García | Reportero                                      

El Instituto Politécnico Nacional (IPN) participó en la misión EMIDSS-7 junto con la NASA y diversas instituciones. El lanzamiento se realizó desde la base de Fort Sumner, en Nuevo México, Estados Unidos, dentro del Programa de Globos Científicos.

El módulo EMIDSS-7 (Experimental Module for the Iterative Design for Satellite Subsystems, versión 7) se elevó en la estratósfera. El objetivo de la misión fue registrar variables ambientales y probar la resistencia de la microalga espirulina.

El equipo explicó que la espirulina se evaluó como alternativa alimenticia para astronautas en condiciones de espacio cercano. Los investigadores señalaron que la carga permitiría analizar la viabilidad de su uso en futuras misiones espaciales.

Colaboración internacional amplia

El IPN indicó que el lanzamiento formó parte de la campaña de otoño FY25-FTS del CSBF de la NASA. El módulo viajó a bordo de la plataforma Salter Test Flight STF#752N junto con otros experimentos científicos.

Investigadores de la UNAM, del ITESO y de la Agencia Espacial Mexicana (AEM) participaron también en el proyecto. La colaboración buscó fortalecer el desarrollo científico nacional en la investigación espacial.

El módulo alcanzó una altitud de 37.24 kilómetros antes de iniciar su proceso de descenso. Se informó que los datos recabados serían analizados tras la recuperación de la plataforma en territorio estadounidense.

El líder del proyecto, Mario Alberto Mendoza Bárcenas, investigador del IPN, explicó que se colocaron dos satélites CubeSat de una unidad. Los dispositivos se denominaron “TEPEU-1” y se enfocaron en recopilar información ambiental.

Objetivos científicos claros

Los satélites registraron variables como temperatura del equipo electrónico, presión barométrica, humedad y radiación ultravioleta. También midieron las características del campo magnético terrestre y capturaron imágenes con cámaras internas y externas.

El proyecto se centró en obtener información sobre la viabilidad de sistemas de soporte vital en condiciones extremas. Los resultados servirían para el diseño de futuros módulos espaciales más eficientes y seguros.

Mendoza Bárcenas indicó que la misión cumplía con lineamientos establecidos en la política científica del gobierno federal. Señaló que la cooperación con instituciones internacionales reforzaba las capacidades del sector espacial mexicano.

El investigador añadió que la misión representaba un paso importante para consolidar el papel de México en proyectos internacionales. La experiencia adquirida se aplicaría en nuevas investigaciones de biotecnología y exploración espacial.

Participación de estudiantes

Por primera vez participó la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería Campus Zacatecas (UPIIZ) con el proyecto “Tecuitlatl”. Este consistió en un mini fotobiorreactor diseñado para el cultivo de espirulina en condiciones de espacio cercano.

El equipo de estudiantes e investigadores evaluó cómo la microalga se adaptaba a los cambios de presión y radiación. El análisis buscó comprobar si la espirulina podía servir como fuente estable de nutrientes en el espacio.

Los especialistas señalaron que los astronautas enfrentaban problemas de salud por alteraciones inmunológicas, nerviosas y circulatorias. El estudio propuso que la espirulina se utilizara para prevenir deficiencias nutricionales en viajes prolongados.

La carga útil del módulo pesó 31.8 kilogramos y fue transportada en un globo tipo sonda. El equipo completo alcanzó los 280 kilogramos, considerando experimentos de otras instituciones públicas y privadas. –sn–

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