Actualmente, la edad media del primer móvil se sitúa en torno a los 10,96 años y un 90,8% de los adolescentes se conectan todos o casi todos los días
Por Deyanira Vázquez | Reportera
En un contexto cada vez más digitalizado, la pregunta no es si los niños deben usar tecnología, sino cómo, cuándo y con qué acompañamiento. Actualmente, la edad media del primer móvil se sitúa en torno a los 10,96 años y un 90,8% de los adolescentes se conectan todos o casi todos los días, tal y como se desprende del estudioImpacto de la tecnología en la adolescencia publicado por Unicef.
Desde Som Conexión, cooperativa de telecomunicaciones sin ánimo de lucro que ofrece servicios de telefonía móvil, fija e internet, la clave está en apostar por una educación digital progresiva que ponga en el centro el desarrollo emocional, social y crítico de niños, niñas y adolescentes. Si bien es cierto que hasta los dieciséis años no se recomienda el acceso a un smartphone propio, en los años previos pueden empezar a usar terminales móviles de adultos en espacios de uso compartido, acompañados, para poder reflexionar sobre el contenido que van encontrando.
"Se está viendo cómo crecen generaciones expuestas desde muy temprano a entornos digitales diseñados para la dependencia y el consumo pasivo", afirma Mercè Botella, psicóloga social y fundadora de la cooperativa. "La solución no es solo reducir pantallas: es construir una cultura digital distinta, donde educar no signifique introducir tecnología, sino enseñar a vivir con ella sin perder lo humano". Para la experta es fundamental que los hábitos y el control se trabajen de mejor manera para fomentar un consumo respetuoso.
El informe de Unicef constata una escasa supervisión parental: solo el 29,1% de los adolescentes indica que sus padres les ponen algún tipo de norma o límite sobre el uso de Internet y/o las pantallas, Además, un escaso 23,9% limitan las horas de uso y un 13,2% los contenidos a los que pueden acceder. –sn–

