El Centro de Cultura Digital inauguró el CYFEST 2025, festival multimedia global que conecta emociones y tecnología.

Por Adriana López | Reportera                                      

La sede del evento fue el espacio cultural ubicado en la Estela de Luz, en la Cdmx. El festival, organizado junto con CYLAND MediaArtLab, abrió el 4 de septiembre y permanecerá hasta el 22 de septiembre.

Reconocido como uno de los encuentros más longevos de nuevos medios, CYFEST reunió artistas y curadores internacionales. Se presentaron obras de realidades extendidas, instalaciones interactivas, arte sonoro, composición algorítmica y proyectos híbridos.

La edición mexicana convocó a creadores de diez nacionalidades con piezas sobre vida emocional y tecnología. Su eje temático fue “Archivo de los sentimientos. Un viaje”, concepto que buscó vincular afectividad y creación digital.

Inauguración y mensajes

Durante la apertura, la directora del CCD, Marcela Flores Méndez, expresó el sentido de la muestra. Señaló que el espacio se transformó en un archivo de experiencias para explorar la vida digital contemporánea.

Flores Méndez afirmó que los artistas dialogaron de manera crítica con la tecnología desde un enfoque poético y reflexivo. Añadió que la conciencia de los afectos representaba un acto de resistencia en la era digital.

Por su parte, la artista y curadora Alexandra Dementieva explicó el espíritu experimental de CYLAND MediaArtLab en el festival. Recordó que el proyecto se inspiró en los históricos Experiments in Art and Technology (E.A.T.).

Dementieva aseguró que la colaboración con el CCD demostró la fuerza del arte y la tecnología. Precisó que las plataformas generadas conectaron personas entre disciplinas, geografías y continentes, reforzando el carácter global del encuentro.

Obras internacionales en exhibición

Entre las piezas rusas se expuso Señales horarias, de Sergey Komarov y Lidiia Griaznova, sobre el tiempo universal. También estuvo El centro imaginario del círculo, de Anton Khlabov, y Abrasión, de Dmitry Shishov, centrada en procesos geológicos.

El coreano Kira Kim presentó Sordos y ciegos, obra que reflexionó sobre soledad, resiliencia y memoria histórica. La colombiana Alba Triana mostró Diálogo con el mar primigenio, instalación inmersiva evocadora de organismos vivos.

La exhibición incluyó obras de Anna Frants, Elena Gubanova, Ivan Govorkov, Fabrizio Plessi, Eric Vernhes y la propia Dementieva. Cada pieza abordó vínculos entre memoria, espacio urbano y transformaciones tecnológicas contemporáneas.

El festival sumó experiencias de artistas consolidados y emergentes que compartieron perspectivas críticas sobre el papel de la tecnología. La propuesta permitió un acercamiento multisensorial al arte de nuevos medios en México.

Propuestas sonoras en el CCD

El artista venezolano Gustavo Matamoros, residente en Miami, presentó una instalación en el Memorial del CCD. Su obra trabajó con la identidad acústica del recinto, generando una percepción distinta del espacio arquitectónico.

Matamoros explicó que la instalación permitió al público interactuar con los sonidos propios del lugar. Destacó la riqueza cultural de México y la existencia de una comunidad activa en experimentación sonora.

El mexicano Hugo Solís participó con una pieza creada para piano mecanizado. El proyecto buscó enlazar la historia del instrumento con su papel en la escucha contemporánea.

Solís relató que su trabajo dialogó con la instalación de Matamoros, alternándose cada quince minutos en el Memorial. Señaló que la interacción sonora de ambas piezas generó un tránsito acústico particular para los asistentes.

Actividades para públicos diversos

El festival incluyó un programa de actividades paralelas entre el 17 y el 21 de septiembre. Entre ellas, se anunció el taller Sesión práctica con un kit de Arduino para participantes interesados en programación creativa.

Se programó también la proyección Archivo de video CYLAND: las cruces de los paisajes digitales. El ciclo mostró obras audiovisuales enfocadas en transformaciones tecnológicas y experimentación artística en múltiples geografías.

Asimismo, se impartió un taller de Sinfonía para 2 bicicletas, con participación directa de los artistas. La actividad exploró la relación entre movilidad, sonido y espacio público mediante propuestas interactivas.

Finalmente, el festival ofreció un performance acompañado de instalación interactiva. La obra integró sonido, proyección y movimiento, reafirmando la diversidad de lenguajes en el CYFEST 2025. –sn–

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