Atemción médica en el IMSS

IMSS refuerza salud tras huracanes

El IMSS aplicó vigilancia epidemiológica y promovió medidas de higiene para prevenir enfermedades tras huracanes.


Por Martín García | Reportero                                      

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) implementó una estrategia de prevención en zonas afectadas. El objetivo fue reducir los riesgos sanitarios que se generaron después del paso de huracanes en comunidades vulnerables.

Mediante acciones de vigilancia epidemiológica se identificaron focos de alerta en las poblaciones impactadas. Con ello se activaron protocolos destinados a evitar brotes de enfermedades infecciosas, respiratorias y gastrointestinales.

La autoridad sanitaria detalló que también existía riesgo por padecimientos transmitidos por vectores. Entre ellos se encontraban dengue, zika, chikungunya y leptospirosis, los cuales podían aumentar tras desastres naturales.

Medidas de higiene básicas

El IMSS promovió el lavado frecuente de manos con agua y jabón, o soluciones de alcohol. También recomendó hervir, clorar o consumir únicamente agua embotellada para garantizar su seguridad.

Se pidió a la población desinfectar frutas, verduras, utensilios y superficies de cocina. Asimismo, se solicitó evitar el contacto con aguas estancadas o contaminadas y utilizar calzado adecuado.

Las recomendaciones incluyeron desechar alimentos con mal olor, cambio de color o textura. Se enfatizó el consumo de productos enlatados o envasados que no requirieran refrigeración.

El Instituto aclaró que los alimentos podían mantenerse en frío solo cuando hubiera energía eléctrica continua. De lo contrario, representaban un riesgo sanitario para las familias damnificadas.

Atención a grupos vulnerables

El IMSS subrayó la necesidad de proteger a niñas, niños, adultos mayores y pacientes crónicos. Se pidió garantizar su hidratación, alimentación segura y supervisión médica constante.

Se recordó que estos grupos requerían medicamentos disponibles y protección contra cambios bruscos de temperatura. La vigilancia debía mantenerse para prevenir complicaciones de salud.

La institución destacó que, ante cualquier síntoma inusual, la población debía acudir a una unidad médica. Se advirtió que la automedicación incrementaba los riesgos sanitarios.

El Instituto precisó que atender de forma temprana vómito, diarrea, fiebre o lesiones en la piel resultaba fundamental. Cada caso debía ser notificado a las autoridades sanitarias correspondientes.

Prevención de enfermedades vectoriales

El Seguro Social impulsó campañas comunitarias de descacharrización y fumigación en zonas dañadas. Estas acciones buscaron reducir la proliferación de mosquitos tras lluvias intensas.

También se aplicaron larvicidas en depósitos de agua que no podían vaciarse. Se pidió voltear o tapar recipientes para evitar criaderos de insectos.

El uso de repelentes y mosquiteros fue promovido en áreas con mayor riesgo. Con ello se redujo la exposición de las familias a picaduras potencialmente infecciosas.

La institución resaltó la importancia de la participación ciudadana en todas las acciones de saneamiento. Señaló que la colaboración comunitaria fortalecía la eficacia de las medidas.

Vacunación preventiva en comunidades

Dentro de la estrategia se priorizó la vacunación contra hepatitis A, tétanos, influenza y COVID-19. Estas dosis fueron aplicadas principalmente en menores de cinco años y adultos mayores.

Los grupos con enfermedades crónico-degenerativas también recibieron atención prioritaria en los operativos. Personal de salud y brigadas de ayuda fueron contemplados como sectores estratégicos.

La vigilancia epidemiológica definió la cobertura de las campañas de vacunación en cada comunidad. Los equipos evaluaron el nivel de riesgo y ajustaron las acciones de prevención.

De esta forma, el IMSS garantizó que los sectores más vulnerables contaran con medidas de protección adicionales. El enfoque se mantuvo en reducir contagios y salvar vidas.

Focos de alerta detectados

El Instituto identificó problemas sanitarios derivados de la contaminación del agua potable. También reportó la acumulación de basura y escombros en comunidades afectadas.

La interrupción del suministro eléctrico y de servicios de salud agravó las condiciones de riesgo. Estas circunstancias facilitaron la propagación de enfermedades respiratorias y diarreicas.

El IMSS informó que, tras los huracanes, las afectaciones podían extenderse a la salud mental. Casos de ansiedad, depresión y estrés postraumático fueron atendidos en diversas localidades.

Finalmente, la institución reiteró que la salud de la población debía ser la prioridad. Señaló que cada persona debía seguir medidas de higiene y acudir al médico de inmediato. –sn–

Atemción médica en el IMSS
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