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Síndrome Metabólico avanza y alerta en México

El Síndrome Metabólico afectó silenciosamente a miles en México y elevó riesgos cardiovasculares.


Por Gabriela Díaz | Reportera                                                       

El Síndrome Metabólico se presentó como un conjunto de factores de riesgo que operaron sin síntomas. En México, especialistas señalaron que aumentó la incidencia en personas de distintas edades. El padecimiento elevó riesgos de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

El médico bariatra David Montalvo, especialista en medicina cannábica, explicó la complejidad de este trastorno clínico. Indicó que incluyó obesidad abdominal, hipertensión y alteraciones en colesterol y glucosa. Todos estos elementos actuaron como antesala de enfermedades graves y discapacitantes.

El doctor precisó que muchas personas afectadas se sintieron aparentemente sanas. Sin embargo, sus cuerpos soportaron una presión constante que comprometió órganos vitales. Los riesgos incluyeron infartos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal en diferentes etapas de la vida.

Aunque la incidencia fue mayor con el envejecimiento, se observó en jóvenes. La prevalencia aumentó en quienes tenían antecedentes familiares de diabetes o hipertensión. El estilo de vida sedentario y la obesidad abdominal reforzaron la tendencia en México.

Causas y consecuencias

Montalvo advirtió que el exceso de grasa visceral alrededor de la cintura resultó clave. Explicó que esta acumulación alteró la respuesta del organismo frente a la insulina. La consecuencia directa fue la resistencia a la insulina, un marcador crítico del síndrome.

El abordaje médico incluyó un tratamiento integral y personalizado para cada paciente. Los planes consistieron en cambios nutricionales, actividad física supervisada y medicamentos específicos. Estas estrategias buscaron regular presión arterial, lípidos y glucosa en la sangre.

El especialista añadió que en ciertos perfiles se evaluó la aplicación de cannabinoides. Los compuestos derivados del cannabis fueron investigados dentro de protocolos clínicos regulados. Su objetivo fue favorecer el equilibrio del sistema endocannabinoide y funciones metabólicas.

Los cannabinoides no representaron una solución definitiva ni autónoma. Según Montalvo, su aplicación complementaria mostró beneficios en resistencia a la insulina. También se exploró su rol en procesos de inflamación crónica vinculados al síndrome.

Prevención y control

El especialista insistió en que la genética influyó, pero no definió por completo el riesgo. Elementos como la alimentación, el sedentarismo y la obesidad abdominal marcaron la diferencia. Con hábitos saludables, gran parte del síndrome pudo prevenirse o revertirse.

La prevención se basó en cambios sostenidos de estilo de vida y monitoreo clínico. El ejercicio físico constante y la dieta balanceada fortalecieron el control metabólico. El seguimiento médico periódico permitió detener la progresión antes de complicaciones graves.

“El mejor tratamiento fue evitar que el daño avanzara”, indicó Montalvo. Subrayó que identificar el síndrome en etapas tempranas evitó secuelas irreversibles. La detección temprana constituyó la herramienta clave para salvar vidas y recursos en salud.

El Síndrome Metabólico representó uno de los retos más serios de salud pública. Su carácter silencioso dificultó diagnósticos inmediatos y complicó tratamientos. Sin embargo, las estrategias de prevención y detección temprana ofrecieron posibilidades reales de control. –sn–

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