Amenaza silenciosa que representan los insectos y microorganismos para los libros, archivos y documentos históricos
Por Vera Martín del Campo | Corresponsal
Plagas como los pececillos de plata, termitas o escarabajos son capaces de causar daños irreparables en encuadernaciones, páginas y estructuras de almacenamiento. Estos insectos se alimentan de la celulosa, el pegamento y otros materiales orgánicos presentes en el papel, y encuentran en las bibliotecas las condiciones perfectas para prosperar: oscuridad, humedad y temperatura estable.
"Cada año, miles de volúmenes y archivos se deterioran por plagas que podrían haberse evitado con medidas de control adecuadas. La conservación del patrimonio cultural no depende solo de la restauración o digitalización, sino también de una buena prevención ambiental", ha explicado Jacinto Diez de Rentokil Initial.
En España existen 4.603 bibliotecas públicas activas, cuya cobertura atiende al 97,16% de la población española, datos recogidos por el Consejo de Cooperación Bibliotecaria en 2023, lo que significa que millones de ciudadanos están conectados al servicio bibliotecario y amplifica la responsabilidad de preservar esos espacios y las colecciones que contienen. –sn–

