"El problema no es solo que la tecnología ignore a los mayores, es que esa falta de adaptación los convierte en el objetivo perfecto para los estafadores", advierte Isabel García Baños, CEO y cofundadora de Bleta
Por Deyanira Vázquez | Reportera
Este octubre se celebró el Día Internacional de las Personas Mayores. Las cifras ponen sobre la mesa una alerta preocupante. Según el Ministerio del Interior, las denuncias por estafas informáticas crecieron un 25% en el último trimestre de 2024, con especial incidencia en los meses de mayor consumo digital, como el Black Friday o la campaña navideña.
Un escenario que refleja cómo la digitalización, lejos de ser una garantía de progreso, puede convertirse en una amenaza para quienes menos se tiene en cuenta a la hora de diseñar la tecnología: las personas mayores.
El problema es doble. No se trata solo de que los mayores queden fuera de la digitalización, con aplicaciones, webs y servicios que no hablan su lenguaje. El verdadero riesgo es que, al no adaptar los sistemas a ellos, se les coloca en la diana de los estafadores.
"Cuando la tecnología avanza sin tener en cuenta a los mayores, no solo los excluye: crea una amenaza nueva para ellos. La confusión se convierte en el arma perfecta para los estafadores", explica Isabel García Baños, CEO y cofundadora de Bleta. –sn–

