Casa Madero revela su Biblioteca de Cosechas

Vino mexicano y memoria se unieron en una experiencia sensorial única. Un legado en cada botella.


Por Deyanira Vázquez | Reportera                                        

Casa Madero presentó por primera vez su Biblioteca de Cosechas, una colección exclusiva de vinos que permanecieron durante años en bodega, madurando de forma lenta y silenciosa. La cita se realizó en el Club de Industriales, ante sommeliers, críticos y líderes del sector.

Durante la velada se cataron seis cosechas del Gran Reserva Shiraz —2002, 2005, 2006, 2011, 2013 y 2016—, cada una mostrando cómo el tiempo transforma al vino y revela nuevos matices. Las botellas fueron seleccionadas como testimonio del potencial del vino mexicano para envejecer con elegancia.

En la experiencia participaron Jesús Díez, Manuel Orgaz y Víctor Absalón, reconocidos por su aporte a la construcción del vino mexicano contemporáneo. Su acompañamiento fue determinante para transmitir la evolución de cada cosecha y asegurar su máxima expresión en la degustación.

El arte del vino y el tiempo

La curaduría final estuvo a cargo de Sandra Fernández, una de las figuras más influyentes del vino en México. Ella trabajó en conjunto con Casa Madero para conceptualizar esta primera edición de la Biblioteca de Cosechas y guiar la experiencia sensorial del evento.

Fernández señaló que “estos vinos confirman que México ya puede conversar con el tiempo”, aludiendo a la madurez y consistencia que hoy alcanza la vitivinicultura nacional. La cata ofreció una mirada al paso del tiempo como aliado en la evolución del vino.

El encuentro reflejó el compromiso de Casa Madero con la excelencia y la preservación del patrimonio vinícola. Cada añada permitió entender cómo el suelo, el clima y la paciencia construyen la identidad de un vino que trasciende generaciones.

Una experiencia con historia

Los asistentes coincidieron en que la Biblioteca de Cosechas representó una oportunidad excepcional para redescubrir la historia del vino mexicano desde la memoria. Las copas contaron relatos de tierra, tradición y tiempo, en una narrativa enológica pocas veces compartida.

La iniciativa evidenció el propósito de Casa Madero de conservar vinos con propósito, preparados para expresar lo mejor de su carácter después de años de reposo. La degustación se interpretó como un acto de recuperación del pasado y celebración del futuro.

La presentación también subrayó la importancia del vino como símbolo cultural y testimonio del oficio vitivinícola que distingue a Casa Madero, la bodega más antigua del continente americano, fundada en 1597. –sn–

Sociedad Noticias

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