México brilla por sí mismo, una reflexión sobre el consumismo cultural del Día de Acción de Gracias.
Por Daniel Almazán Jiménez*
El día de hoy jueves 27 de noviembre se llevó a cabo en diversas ciudades de los Estados Unidos el ya tradicional desfile con motivo del Día de Acción de Gracias y que marca el inicio de las fiestas de fin de año en aquel país y que, llena de mucho color las principales calles de la Unión Americana.
En lo particular, me llama mucho la atención este desfile que, sin lugar a dudas es muy esperado por los estadounidenses y por millones de personas que toman esta fecha para descansar o, salir a la calle a presenciar los enormes inflables de personajes como Bob Esponja, Spider-Man, Buzz Lightyear, Snoopy, la Rana René, Alf, Los Pitufos entre muchas otras figuras que, a mi parecer, caracterizan y marcan la cultura y tradición de nuestros vecinos del norte.
Este desfile, lejos de gustarme y, lo digo muy a título personal, me obliga a voltear a ver la riqueza de México porque, en aras de ilustrar la grandeza de nuestro país, me permitiré describir elementos de las fiestas de ambos países como el Día de Muertos en nuesto territorio y el Día de Acción de Gracias en los Estados Unidos. Por un lado, las figuras que muestran en las calles de los EU durante el desfile son producto de la televisión y obedecen a un espectáculo con globos gigantes de personajes famosos antes descritos, carrozas adornadas y, mucha musica. Todo muy bonito si usted así lo quiere ver pero, en su totalidad es diseñado para el consumo masivo.
Yo no digo que esa tradición sea mala o buena, incluso, reconozco que esta fecha especial para ellos, es un día obligatorio de unión y convivencia familiar y eso es lo bueno por lo que, nunca me opondría al reforzamiento de lazos familiares y ahí radica la importancia de este día y por eso, para mí, me hace levantar una ceja y me incita a reflexionar sobre el papel que juegan los personajes que, con sobrada creatividad, elaboran para echar la casa por la ventana al hacerlos lucir con todo su esplendor pero seguimos hablando de personajes ficticios y a fin de cuentas, seres caricaturescos, creados por la cultura estadounidense del cómic, de la caja negra, del entretenimiento masivo, de los videojuegos, de los superhéroes, de las princesas, de los animales galácticos y de ogros que habitan los pantanos… a eso me refiero con las figuras muy propias de los gringos que, a falta de importancia hacia los pueblos nativos de Norteamérica, recurren a las caricaturas que crearon generaciones o, a las series de televisión que marcaron la infancia de muchos para celebrar y, presumir por todas las calles en un día tan especial como el Día de Acción de Gracias.
Pero, lo que más me sorprende es que, por ejemplo en Nueva York este desfile se lleva a cabo desde 1924 y cada año reúne a más de 3 millones de personas en la ciudad y, según diarios de ese país, el evento es visto por más de 50 millones de personas desde la misma televisión, lo que lo convierte en el desfile más famoso del país y una de las tradiciones más importantes de la cultura estadounidense que, reitero, se basa en personajes como Shrek, Pac-Man, Dora la Exploradora, el Oso Yogi y muchos más que en ningún momento tendrían una comparación con nuestra cultura prehispánica por poner un ejemplo o con nuestras fiestas patronales en donde la comida típica, los juegos pirotécnicos, las piñatas, el ponche, los tamales y muchos productos más, se mezclan con el color cultural e histórico de nuestros abuelos quienes simulaban tzompantlis en una ofrenda para recibir a los muertos que se guiaban por las flores de cempasúchil y la luz del fuego de las velas y que vislumbraban un lugar seguro y libre de espíritus malignos al percibir el aroma del copal.
Tradiciones muy nuestras que nos han dado una identidad ante el mundo y nos han otorgado un excelente lugar junto con culturas milenarias de otras naciones antiguas. Incluso, es tan grande y, compleja la cultura y tradición mexicana que, reconozco: me estoy quedando muy corto en la descripción de los aromas, los colores y sabores que cada fiesta mexicana trae consigo año con año.
Por desgracia, y, debido en gran parte a la influencia de la televisión y mercadotecnia, muchos mexicanos prefieren el consumismo que impulsar nuestra cultura que nos ha dado un rostro, una historia, un país, una educación, una forma de vida, un valor y un derecho humano.
Es importante reflexionar que no se trata de juzgar las tradiciones ajenas, sino de reconocer cómo, en ocasiones, algunos mexicanos adoptan sin cuestionamiento costumbres foráneas, desde películas o programas de televisión hasta festividades como el Día de Acción de Gracias, dejando de lado la riqueza cultural propia, porque reitero, celebrar lo nuestro no significa tajantemente rechazar lo ajeno, sino valorar nuestras raíces, nuestra historia y nuestras expresiones únicas que, a diferencia de los grandes inflables y personajes ficticios, llevan consigo la memoria, los sabores y los colores de generaciones que nos han dado identidad, pues mientras algunos se apresuran a imitar lo extranjero, México sigue siendo un país capaz de ofrecernos tradiciones auténticas que no necesitan compararse para brillar con luz propia.
Periodista | Twitter: @Daniel1Almazan
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