Una unidad del Metrobús arrolló a Carlos y dejó una escena grave.

Por Fausto Hernández | Reportero                                                       

La unidad del Metrobús que avanzaba hacia el Colegio de Bachilleres I arrolló a Carlos, quien circulaba en bicicleta sobre la Alcaldía Gustavo A. Madero y quedó tendido en el pavimento tras un impacto que lo proyectó varios metros. Los primeros reportes indicaron que el golpe le provocó una herida abierta de alrededor de treinta centímetros en el cráneo, lo que generó un escenario de extrema gravedad en pocos segundos. Paramédicos llegaron al punto y describieron que la condición del joven se volvió crítica desde el primer momento.

Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) llegaron rápidamente y solicitaron apoyo urgente de los servicios médicos tras confirmar la magnitud del percance. Cuando lo encontraron, Carlos permanecía en posición fetal y los paramédicos lo recostaron boca arriba para revisar lesiones y aplicar las primeras intervenciones. El personal de emergencia señaló que cada minuto se volvió determinante ante la cantidad de sangre perdida por el joven.

Los rescatistas aplicaron un vendaje amplio en la cabeza de Carlos, le administraron suero intravenoso para estabilizar líquidos y lo conectaron a una mascarilla de oxígeno en un intento por restablecer signos vitales. Usuarios del Metrobús descendieron alarmados al escuchar lo ocurrido y algunos se acercaron a observar, mientras otros se retiraron en silencio tras el impacto emocional. La bicicleta verde del joven quedó a un costado de las jardineras, junto a su mochila azul con negro.

Atención fallida

El estado de Carlos se agravó rápidamente conforme pasaban los minutos y los paramédicos realizaron compresiones torácicas para intentar reanimarlo. A pesar de las maniobras de RCP y de los esfuerzos por mantenerlo estable, el joven dejó de responder y murió en el lugar con los servicios médicos aún trabajando sobre él. Familiares que llegaron más tarde identificaron su vestimenta y confirmaron la noticia en medio de una escena marcada por la desesperación.

La hermana de Carlos corrió hacia el sitio al reconocer la mochila de su familiar y se desplomó entre lágrimas al confirmar su fallecimiento. Vecinos y curiosos observaron desde la zona acordonada y algunos comentaron que el cruce resultaba peligroso debido al constante flujo vehicular. La angustia se intensificó cuando los elementos de seguridad ampliaron el perímetro para permitir el trabajo ministerial.

Un letrero colocado metros adelante con la frase “Cruce peatonal seguro en semáforo” quedó expuesto como un recordatorio de la fragilidad en la movilidad cotidiana. Personal de la SSC señaló que el aviso no logró prevenir el incidente ni garantizar la integridad del ciclista. Testigos coincidieron en que la advertencia se ignoraba con frecuencia por la urgencia de los vehículos por continuar su ruta. –sn–

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