La ceremonia presentó un árbol elaborado por internos y reunió a autoridades capitalinas. Unidad y celebración en Insurgentes

Por Paola Ramírez | Reportera                                                       

El encendido del Árbol de Navidad de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la ciudad de México (Cdmx) reunió a funcionarios y familias en la Glorieta de Insurgentes, donde el subsecretario del Sistema Penitenciario Andrés Ponce Aceituno y el director general del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro Adrián Rubalcaba activaron la iluminación, mientras la asistencia presenció la apertura de las villas navideñas, que formaron parte del programa institucional.

La ceremonia se realizó con la presencia de niñas, niños, adolescentes y adultos que acudieron para observar el festejo público, donde participaron decenas de uniformados pertenecientes a la SSC, quienes resguardaron el espacio durante toda la actividad. El acto inició en representación del secretario de la SSC Pablo Vázquez Camacho, acompañado por la subsecretaria de Participación Ciudadana y Prevención del Delito Paulina Salazar Patiño y por el subsecretario de Inteligencia e Investigación Policial Hermenegildo Lugo Lara.

Símbolo de reinserción

Durante su intervención, Ponce Aceituno afirmó que la Secretaría de Seguridad buscó establecer un precedente institucional con la instalación del árbol, al presentar una estructura construida por personas privadas de la libertad del Reclusorio Preventivo Varonil Norte, quienes participaron en un esquema de capacitación vinculado al proyecto Hazme Valer.

Explicó que dicho programa operó con talleres productivos que formaron parte de sus actividades de reinserción, los cuales permitieron elaborar la pieza metálica que se convirtió en el eje central del evento navideño. Señaló que este proceso integró instructores penitenciarios y personal operativo que supervisó cada etapa del trabajo manual, orientado a fortalecer habilidades laborales de los internos.

Trabajo de internos

El subsecretario detalló que cuatro herreros y un pintor participaron en la fabricación del árbol, cuya estructura midió ocho metros de altura y cerca de tres metros de ancho, al incorporar placas y uniones reforzadas para garantizar estabilidad.

Añadió que cada punto de soldadura y cada trazo fue parte de un ejercicio de aprendizaje técnico que formó parte de su preparación para actividades futuras, con la intención de fortalecer su desarrollo laboral tras el cumplimiento de su pena. Subrayó que la obra integró varias jornadas de trabajo coordinado dentro del centro penitenciario, donde personal especializado revisó que la pieza cumpliera con los parámetros de seguridad requeridos para su traslado. –sn–

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