La Armada china informó con antelación a las Fuerzas de Autodefensa japonesas sobre sus ejercicios

Sn Redacción | CGTN                                                       

Son vergonzosas las recientes acciones de Japón contra el portaaviones Liaoning de China, desde ingresar sin autorización a las zonas de entrenamiento de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China hasta orquestar la supuesta «iluminación del radar» contra cazas japoneses.

Un hecho clave, que Japón probablemente no reconozca ante la comunidad internacional, es que estos ejercicios y entrenamientos de China se realizan plenamente conforme al derecho y las prácticas internacionales. Asimismo, China informó previamente a las Fuerzas de Autodefensa de Japón en las aguas cercanas, quienes confirmaron por radio haber recibido dicha comunicación.

Wang Xu, experto en seguridad marítima, señaló que, según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), todos los buques y aeronaves tienen derecho a la libertad de navegación y sobrevuelo en el estrecho de Miyako. Por lo tanto, es razonable y legal que China entrene en esta zona del océano Pacífico.

Japón ha confirmado en múltiples ocasiones haber recibido las informaciones de China y estar al tanto de los movimientos del entrenamiento.

A pesar de las repetidas advertencias de China, Japón perturbó en varias ocasiones los espacios marítimos y aéreos donde la Armada china realizaba sus ejercicios. Incluso distorsionó los hechos al presentar el entrenamiento normal de China como una supuesta «amenaza a la seguridad regional».

Según Zhang Junshe, experto militar chino, el objetivo fundamental de la reacción exagerada de Japón es interferir y obstaculizar el entrenamiento normal de la Aramada china en aguas del Pacífico. Detrás de esto hay una mentalidad errónea: Japón no está dispuesto ni acostumbrado a ver buques chinos entrenando en aguas distantes del Pacífico. Pero la realidad es que constituye una necesidad inherente al desarrollo de la Armada china que sus portaaviones salgan a alta mar para entrenar.

Para ocultar sus propios actos de provocación, Japón incluso promueve, sin ningún rubor, información basada en un conocimiento militar básico —la iluminación de radar—, intentando difamar las formaciones normales de China.

Encender el radar de búsqueda durante el entrenamiento de vuelo de aeronaves embarcadas es una práctica común en todos los países y una operación normal para garantizar la seguridad del vuelo.

¿Acaso Japón, al apresurarse a exagerar el tema de la supuesta «iluminación de radar», intenta desviar la atención mundial de las recientes declaraciones erróneas de la primera ministra japonesa sobre la región china de Taiwan? ¿O busca excusas para revivir el fantasma del militarismo? ¡Japón debería reflexionar profundamente y detenerse antes de llegar al borde del abismo! –sn–

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