Más de seis de cada diez PyMEs enfrentaron inmadurez financiera y riesgo de deuda. Estudio reveló baja madurez financiera y empresas enfrentaron sobreendeudamiento. Acceso reactivo al capital frena a PyMEs
Por Deyanira Vázquez | Reportera
Más del 62% de las pequeñas y medianas empresas mexicanas operó en niveles bajos de madurez financiera, lo que las expuso al sobreendeudamiento y al cierre prematuro según el estudio Elevando la Madurez Financiera de las PyMEs Mexicanas de Xepelin, y este hallazgo coincidió con patrones identificados en años recientes.
Para las PyMEs el acceso a capital fue vital, pero la forma de obtenerlo determinó si se convirtió en una vía de crecimiento o en un detonante de deuda que limitó su operación. En México la mayoría de las PyMEs recurrió al financiamiento de manera reactiva y esto, sumado a datos de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) del 2024 que señalaron que cuatro de cada diez empresas cerraron por falta de liquidez, configuró una problemática vinculada a la ausencia de planeación.
El Country Manager de Xepelin México, Alejandro Toiber, afirmó que esta situación no fue casual y la atribuyó a una gestión financiera enfocada en apagar problemas en lugar de prevenirlos antes de que escalaran. El directivo sostuvo que “financiar sin estrategia es el camino más rápido al sobreendeudamiento” porque el capital debía ser una inversión planeada y no un remedio ante emergencias operativas. Sus declaraciones reforzaron la necesidad de visibilidad en el manejo del flujo de efectivo, elemento que definió el comportamiento financiero de miles de empresas.
El análisis contempló un mapeo de madurez que dividió a las PyMEs mexicanas según su nivel de gestión interna y reveló que 62% se ubicó en las categorías más bajas. Este segmento se dividió entre compañías con operación reactiva (26%) y organizaciones apenas organizadas (38%), lo que mostró que el grueso del ecosistema operó sin previsiones de largo plazo. En contraste solo un 10% alcanzó un nivel estratégico en el que la planificación guio cada decisión relacionada con capital y financiamiento.
Patrón de inmadurez
La investigación confirmó que esta inmadurez tuvo origen en la falta de planificación, lo cual coincidió con prácticas extendidas en el sector. Las empresas ubicadas en los niveles inferiores dependieron de decisiones inmediatas para cubrir emergencias de operación, lo que imposibilitó prever necesidades de corto o mediano plazo. Ese comportamiento redujo su capacidad para negociar montos, plazos o tasas que fortalecieran su sostenibilidad financiera.
El experto subrayó que la causa principal de este fenómeno radicó en la escasa visibilidad del flujo de efectivo, lo que limitó a las PyMEs para anticipar riesgos y oportunidades. De acuerdo con el estudio casi una cuarta parte del sector operó su información financiera desde hojas de cálculo sin integrar herramientas de sistematización que permitieran una visión completa. Esta práctica, definida por Toiber como “economía del spreadsheet”, reflejó tanto ineficiencia como riesgo en la ejecución diaria.
El informe sumó que otro 10% de las empresas no contó con ningún sistema formal para registrar sus datos financieros, lo que elevó la posibilidad de errores y pérdida de información crítica. Toiber indicó que sin data estructurada el financiamiento siempre llegó tarde y se convirtió en respuesta a problemas ya ocurridos. Esta carencia profundizó las brechas competitivas entre las empresas con gestión digital y aquellas que mantuvieron procesos manuales. –sn–


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